¡Así se sanciona una ley!

Actualizado
  • 19/10/2019 00:00
Creado
  • 19/10/2019 00:00
Le dice a sus ministros: a trabajar sin robar, párense firmes y bonitos, consigan las mejores cotizaciones, al menor precio para ahorrar.

“¿Qué es sanción?”, pregunta una niña del Colegio Agustiniano Nuestra Señora del Buen Consejo, de Chitré, al presidente Laurentino Cortizo Cohen, en medio de una algarabía, en el Salón Amarillo de la Presidencia de la República, durante la firma de la ley que concede Amnistía Tributaria General.

Resulta que el presidente Cortizo Cohen entró al Palacio de Las Garzas y estaban en gira turística unos 40 estudiantes, quienes, al verlo, le cantaron. Tras escucharles, los invitó como testigos de honor al acto protocolar.

No importa cuan apretada tenga su agenda presidencial, intentando alinear al Gobierno Nacional para lograr su meta de transformar Panamá, reactivar la economía, liberarla de la corrupción, de la pobreza, desigualdad, él siempre saca segundos, minutos, para contar que tiene un trabajo intenso, bonito, que la mejor recompensa de ser un servidor público, el primer obrero, es recibir el cariño, los abrazos de los ciudadanos que son su gasolina y oxígeno para seguir avanzando y salir, en el 2024, con la frente en alto.

Ofrece una sonrisa solidaria, cargada de esperanza, confianza y optimismo; aunque el escenario no sea alentador. Insiste que su equipo tenga claro el rumbo del plan de acción. Todo lo anota con su puño y letra. Siempre habla de agradecimiento, de alineamiento, del sentido de la vida, propósito de cada día, de no robar, de defender los intereses del país y de su misión de servirle a los más humildes con la “linda oportunidad de hacer las cosas bien” porque “la corrupción es una enfermedad que mata”.

Ese viernes, el presidente Cortizo Cohen se lució como un magnífico anfitrión. Es maestro en hacer sentir en casa a quienes visitan su residencia temporal por cinco años: el Palacio de Las Garzas, a la que llama la casa de todos los panameños. Las giras turísticas de miles de personas se convierten en un momento especial si lo encuentran en los pasillos del edificio, donde tiene sus oficinas, porque no importa qué tan ajetreada esté su agenda presidencial, tiene la habilidad de hacer un alto y compartir.

Entre las carcajadas, gritos, sonrisas, fotos, abrazos y besos de sus visitantes, el presidente Cortizo Cohen, con paciencia, les explica a los estudiantes Agustinianos qué cita tiene en ese momento y los invita al primer alto, donde los niños rodean la dorada y majestuosa silla presidencial para observar, en primera fila, la firma de esa nueva ley.

Su estilo de gobernar tiene un toque de humanidad. Abraza a la monjita vestida con su larga túnica negra y blanca. Le cuenta que quiere terminar con la pobreza y la desigualdad, su incansable lucha a la que llama la conquista de la Sexta Frontera.

Se escucha nuevamente el coro celestial de los pequeños estudiantes de primaria con una canción donde narran que no se rinda, ya que una luz se enciende e ilumina el camino; mientras la primera dama, Yazmín Colón de Cortizo, sonríe y aplaude con alegría.

Invadido en su espacio de trabajo presidencial, llama a una niña y el presidente, de pie, le entrega el cartapacio azul de lujo para que la estudiante le pida la firma al ministro de Economía y Finanzas, Héctor Alexander.

“Usted, con esto (la carpeta), se lo va a poner abierto al ministro. Se lo pone allí, por favor, y usted le dice 'firme aquí'. Entonces, también le dice 'firme allí'”. Risas, risas de los emocionados estudiantes. Le sigue enseñando. “Ahora me toca a mí. Empujas un poquito (la carpeta) y me dices, 'firme allí y firme allí'”.

“Sanción significa la firma. Firmó el ministro, firmó el presidente, entonces se convierte en ley de la República. Estos son los procedimientos en un país democrático, y les agradezco a ustedes ser testigos de honor. Es la primera vez que tenemos tantos testigos de honor”, aseguró el presidente entre aplausos y sonrisas.

Tiene un toque de humor, sinceridad, bondad, habilidad de saber cuándo subir y bajar el tono de comunicación con facilidad, con un aire de audacia.

“A mí no me echan cuento”, vociferó cuando recién llegó al Colegio Abel Bravo. Les recordó que inició su carrera política, hace décadas, por los caminos de Costa Abajo y Costa Arriba, cuando eran lodazales. Se necesitaba un buen carro, buenas llantas y los pantalones remangados, bien puestos, para cruzar, sin zapatos, porque sabían que se encontrarían otros carros atascados y tenían que empujarlos.

“La concreta, aquí no venimos a echar cuento”, les pide a los líderes cuando detallan prioridades; mientras él añoraba el tiempo en que comían en la ciudad de Colón yuca sancochada y un buen escabeche. Ahora, se comprometía a reactivar el programa Capacitación para el Empleo, como hace 19 años.

Cuenta con frases cortas para recordar la tarea. Le dice a sus ministros: a trabajar sin robar, párense firmes y bonitos, consigan las mejores cotizaciones, al menor precio para ahorrar. Olvídense de los que ahora dicen ser amigos porque, ya verán, en 2024 ni los van a determinar. Y recuerden, austeridad con eficiencia, es hacer más con menos.

Parte de su misión presidencial ha sido alinear al “tremendo equipo de trabajo” que se jacta de tener. Mira con intensidad una y otra vez al preguntarles ¿estamos claros?, ¿estamos claros? Quiere que todos remen hacia el mismo puerto y siempre insiste que todos pueden opinar, pero quien manda es “Nito Cortizo. No se equivoquen”.

Confiesa públicamente que, en julio, cuando llegó a la Presidencia de la República de Panamá, tocaba las paredes y se decía “lo has logrado, mira a dónde llegaste” y recordó, con profundo amor, los momentos en que su madre Esther Cohen de Cortizo le contaba que solamente había llegado hasta sexto grado; y que, a veces, solamente tenía a su alcance un cogollito de jobitos cosechado en las tierras de las provincias centrales.

Es un hombre optimista, que no repara en sonrojarse y decir en público que está emocionado. Un presidente que con la misma intensidad que trabaja, se divierte. “No se equivoquen, Nito Cortizo manda” y declara en público que tiene claro que solo responde por las acciones del Ejecutivo.

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