Armas de fuego: 'cada vez que se destruye una, se fabrican diez'

Actualizado
  • 10/07/2020 16:34
Creado
  • 10/07/2020 16:34
En lo que va del año en Panamá, se han realizado tres actividades de destrucción de armas de fuego en la sede de la Policía Nacional en Ancón. Ayer se conmemoró el Día Internacional de la Destrucción de las Armas de Fuego

La posesión ilícita de armas puede impedir el desarrollo social de las personas si se hace un uso indebido o una mala gestión de estas. Las consecuencias negativas pueden incluir la violación de los derechos humanos y el derecho humanitario y la violencia doméstica y sexual. 

Una mala gestión de las armas pequeñas ocurre cuando los gobiernos no llevan un control efectivo de los arsenales bajo su custodia ni pueden aplicar debidamente las leyes que regulan la posesión de armas por civiles. Normalmente, una reglamentación inadecuada y unas instalaciones de almacenamiento deficientes son el motivo por el que las armas pequeñas acaban en manos equivocadas, destaca la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en su portal oficial..

“Las fronteras porosas, la corrupción, la producción ilegal, la violencia generalizada y el incumplimiento de la ley contribuyen a la presencia de armas pequeñas ilícitas en las sociedades más vulnerables, lo cual impide el desarrollo en un gran número de comunidades”, menciona el organismo internacional.

Según datos de este organismo internacional, una de cada 10 personas tiene un arma. Circulan en el mundo más de 640 millones de armas pequeñas (revólveres, pistolas, fusiles y ametralladoras livianas) y ligeras (ametralladoras pesadas, morteros, granadas y lanzamisiles portátiles) y más de 16 mil millones de municiones. Estas armas producen más de 500 mil muertes por año, 300 mil en conflictos armados y 200 mil en homicidios y suicidios.

Se trata de una realidad que lamentablemente viven todos los países del mundo. Ayer se conmemoró el Día Internacional de la Destrucción de las Armas de Fuego, una fecha que se vio impulsada a raíz de la Conferencia General sobre el Comercio Ilícito de Armas Pequeñas y Ligeras, que se realizó en el año 2001 en la sede de Naciones Unidas.

Desde entonces son muchas las armas de fuego que los ciudadanos han entregado para su destrucción y sin embargo, hoy en día el número de rifles, revólveres y pistolas parecen haber aumentado en gran cuantía.

En lo que va del año en Panamá, se han realizado tres actividades de destrucción de armas de fuego en la sede de la Policía Nacional en Ancón. La más reciente fue en el mes de mayo donde se destruyó un total de 686 armas de fuego de diversos calibres, las cuales eran utilizadas por pandillas y el crimen organizado para cometer delitos graves como robos, secuestros, homicidios y tráfico de drogas.También quedaron fuera de circulación 338 proveedores y 7,248 municiones.

“Con la incautación de estas 686 armas evitamos que grupos criminales llevaran a cabo sus actos ilícitos. Estas armas incautadas y destruidas son producto del arduo trabajo que realizan los estamentos de seguridad para sacarlas de los barrios donde circulan”, destacó el Ministerio de Seguridad Pública (Minseg) en su cuenta oficial de Twitter.

Primera destrucción de armas del año 2020.

Orlando Barría, director de Bienes Patrimoniales del Estado, mencionó que con esta acción, la actual administración gubernamental destruyó un total 1,792 armas de fuego ilegales, y es la tercera realizada en los últimos cinco meses, “logro que permite seguridad y paz social a los ciudadanos”.

Se estima se estima que cada año, el 9 de julio se logran destruir ochocientas mil armas de fuego, pero, cada vez que se destruye una, se fabrican diez que vienen a ocupar su lugar.

El problema de fondo es que son las naciones y los gobiernos quienes deberían plantearse el reducir o detener la fabricación de armas, ya que mientras esta industria perviva, nunca se podrá eliminar la violencia y las muertes que acarrean consigo las armas ilícitas.

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