'Nos estamos proponiendo vencer la covid-19 por medio de la tecnología'

Nils Petterson es un empresario de origen sueco. Hace medio siglo llegó a tierras panameñas, cuando la república era aún muy joven. En sus propias palabras “se enamoró del país y de su gente” y, como muchos otros, decidió echar raíces en esta tierra con fama de próspera. Unos años después adoptó la nacionalidad panameña. Petterson se encantó de las costumbres que identifican al istmo y de su religiosidad. Es un fiel devoto del Cristo Negro de Portobelo.

En los años 70 incursionó en el área de la tecnología y las telecomunicaciones. La empresa que dirige introdujo en el país el primer fax, la primera ensambladora de computadoras y la primera central telefónica digital. Llevó las comunicaciones a las zonas más inaccesibles del país.

Hoy, en medio de una mortífera pandemia, el empresario se reinventa para aportar al país que lo acogió. Ofrece productos para reducir la covid-19, con el objetivo de cuidar la salud de los panameños.

Llegué de Suecia hace 50 años y me enamoré de Panamá y su gente. Después de unos años tuve el privilegio de convertirme en panameño.

Soy graduado de un sistema mixto de estudio y aprendizaje en Suecia. Me gradué de ingeniero técnico.

En 1975 fundamos el Grupo Simplex. La empresa es pionera en la instalación de sistemas especiales de seguridad y telecomunicaciones. Nuestro primer proyecto fue el suministro de todos los sistemas del centro de convenciones Atlapa. Hemos introducido equipos como el primer fax, la primera ensambladora de computadora, la primera central telefónica digital. Llevamos la telecomunicación e internet a Guna Yala y Darién. Instalamos los primeros enlaces de fibra óptica que cruzan el istmo de Panamá para el Intel. Fundamos el primer internet data center en la Ciudad del Saber. Este proyecto colocó al país en el mapa mundial como el mejor lugar de la región. Los cables de fibra óptica submarina, que cruzan el istmo de Panamá para servir al mundo.

Nuestra empresa siempre ha buscado soluciones a los problemas. Por ese motivo nos estamos proponiendo vencer la covid-19 por medio de la tecnología.

Los aerosoles son partículas que flotan y se diluyen en el aire. Las que nos preocupan son las partículas respiratorias de saliva o fluido respiratorio que nos moja los pulmones y la tráquea. Esas que salen al aire en forma de pequeñas bolitas. Lo mismo que las gotículas de las que habla la Organización Mundial de la Salud (OMS). Los aerosoles son como el humo del tabaco que sale y puede infectarte si lo respiras.

La trasmisión por microgotas es cuando al toser o estornudar las gotas alcanza los ojos, nariz o boca de otra persona. La transmisión por aerosoles se produce cuando los partículas suspendidas en el aire por más tiempo, que viajan más lejos, pueden ser inhaladas por otra persona. En julio, 129 científicos de todo el mundo han enviado un mensaje confirmando que había una abrumadora prueba de que el virus se transmite a través de minúsculas gotas que quedan suspendidas en el aire después toser, estornudar o hablar. Muchos han sido los estudios que han apuntado a esa vía como la explicación de la rápida expansión de la covid-19 en el mundo.

Todos los lugares cerrados, oficinas, lobbies de bancos, clínicas, hospitales, supermercados, comercio donde no se pueden abrir las ventanas, se debe purificar el aire para evitar el contagiado por aerosol.

Las autoridades están en la obligación de recomendar soluciones para reducir el contagio en todos los ambientes. Deben ser ágiles en buscar soluciones y tomar de ejemplo lo que está dando resultado en otros países.

Los sistemas de purificación del ambiente permitirán la apertura de los restaurantes, negocios, oficinas, cines, teatros y hoteles, en forma segura.

Hay varias tecnologías disponibles, incluyendo equipos de desinfección por luz ultravioleta, equipos que purifican el aire por medio de filtros. Equipos que combinan varias tecnologías, lo importante es que neutralizan el virus.

Primero, recomiendo abrir las ventanas para ventilar el espacio por medio natural. Eso es gratis.

En lugares cerrados, que son la mayoría de los edificios de oficinas en Panamá, deben instalar equipos de purificación automático que renueva y desinfecta el aire varias veces cada hora.

Los costos dependen del espacio. Por ejemplo, un espacio de 100 metros cuesta entre $3 a $5 mil dependiendo del modelo, de la tecnología y de la marca. Hay equipos para espacios desde 100 metros hasta 12 mil metros.

Todos esos equipos son amigables con el ambiente. No utilizan ningún producto químico.

En este momento es importante que hagamos un frente común para combatir el virus. Vemos que hay mucha desinformación y competencia entre los ministerios, mala costumbre de corrupción, trámites muy costosos con algunas entidades responsables de autorizar la importación de equipos y tecnología homologados en otros países. Deben eliminar la burocracia, que no tenga ningún valor agregado.

Las autoridades deben de promover soluciones y no estorbar a la empresa privada que lo único que necesita es trabajar y producir para el bien común.

Deben abrir las playas y vigilar que la gente se comporte, respete la bioseguridad, el distanciamiento, el uso permanente de la mascarilla en todos los ambientes, incluso en la casa.