Drogas, alcohol, violencia, el perfil de menores infractores

Actualizado
  • 03/01/2022 00:00
Creado
  • 03/01/2022 00:00
Un análisis del Instituto de Estudios Interdisciplinarios establece los factores de riesgos de los niños y adolescentes que incurren en actos delictivos
Un 25% de los jóvenes en conflicto de la ley están recluidos en centros de cumplimiento.

La mayoría de los niños y adolescentes que han entrado en conflicto con la ley han consumido alcohol y drogas y han sido víctimas de violencia doméstica a temprana edad. Además, han abandonado la escuela, viven en hogares desintegrados y han sido víctimas de violencia doméstica.

El censo de población adolescente privados de libertad y con sanciones alternativas en el país, elaborado por el Instituto de Estudios Disciplinarios, un documento elaborado para orientar el desarrollo de políticas públicas que permitan corregir estos problemas de la sociedad, establece una serie de situaciones que parecen conducir a los adolescentes a la vida delictiva. Y, que son considerados “factores de riesgo” en el documento.

El análisis establece que el 83.2% de 394 jóvenes encuestados que al momento mantenían una conducta delictiva consumían drogas. La mayoría (216) consumía marihuana, 36 cocaína, 136 crispy, nueve pegón y cinco éxtasis. Y, cerca del 62% de los privados de libertad iniciaron el consumo de alcohol entre 13 y los 15 años.

Mientras que el consumo de las sustancias ilícitas entre los 13 y 15 años podría estar relacionado con el inicio de la vida delictiva. Un 67% de los adolescentes incursionó en una pandilla entre los 12 y 15 años.

Las pandillas anteriormente se dedicaban a la delincuencia común. Hoy en día se concentra en la prestación de servicios de trasiego de drogas y otros para organizaciones de tráfico transnacional. Sus miembros también se dedican al microtráfico.

Las pandillas han contribuido al rápido incremento de los homicidios en el país, debido al creciente flujo de cocaína que pasa por el país, lo que ha llevado a una mayor violencia entre las pandillas para controlar los cargamentos.

La edad de vinculación con grupos pandilleros se ubica al final de la niñez y principio de la adolescencia, un factor de riesgo que debería estar identificado con precisión para su respuesta desde el punto de vista de la política pública, indica el documento.

La mayoría de los adolescentes que consumen sustancias ilícitas vienen de hogares desintegrados, que están formados principalmente por madres y hermanos, que consumen drogas y alcohol.

“La centralidad de los hogares monoparentales con jefatura femenina advierte sobre la necesidad de un sistema de cuidados para apoyar y fortalecer a las mujeres que tienen que sostener un sinfín de desventajas, entre otras muchos de sus hijos en conflicto con la ley”, establece el documento.

Un 67%, es decir, siete de cada 10 declaró haber sido golpeado en su infancia por sus padres o por sus cuidadores. “Los programas de prevención temprana de la violencia deberían ser piezas estratégicas de una política de seguridad de mayor alcance”, recomienda el documento.

Los adolescentes tienen otro antecedente que parece común entre ellos. El 62% de los privados de libertad y un 52.9% de los que se encuentran en medidas no privativas registran privación en el hogar.

Otro de los factores que parece incidir en la conducta delictiva, de acuerdo al documento, es la educación. El 41% de los encuestados no les gustaba estudiar. Otro 16% tuvo que dejar la escuela para ir a trabajar. Mientras que un 8% fue expulsado y un 27% tuvieron otras razones para no asistir a la escuela. Solo un 5.6% de los adolescentes logró completar los estudios secundarios superiores.

La mayoría de los jóvenes en conflicto con la ley tuvo un inicio de vida sexual temprana. El 80% empezó a mantener relaciones sexuales entre los 12 y 15 años. Y, aunque un 72% usó un método preventivo (preservativo), el 64% tuvo su primer hijo entre los 15 y 17 años.

En 2021, los adolescentes con estos perfiles incurrieron en delitos de robo (147), homicidio (108), drogas (13), armas (39) y violación (47).

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