René Quevedo: Resultados del ICCP 'ponen de manifiesto la paradoja que vive el país: reactivación económica y crisis laboral'

Actualizado
  • 18/02/2022 00:00
Creado
  • 18/02/2022 00:00
De acuerdo con el consultor laboral, 'los resultados del ICCP de enero 2022 ponen de manifiesto la urgente necesidad de encarar el virus que enfrenta Panamá: la incertidumbre'
El 61% de los encuestados considera que es poco probable obtener un empleo, según The Marketing Group.

El pasado 11 de febrero de 2022, la encuestadora The Marketing Group, con la colaboración de la Cámara de Comercio, Industrias y Agricultura de Panamá (CCIAP) reveló los resultados del Índice de Confianza del Consumidor Panameño (ICCP), correspondiente a enero 2022.

Si bien una de las conclusiones que arroja la encuesta es la disminución de los niveles de confianza del consumidor panameño, como resultado del impacto de la variante ómicron; uno de los aspectos más impactantes es “el agravamiento de la incertidumbre laboral”, dijo el consultor laboral René Quevedo.

En el ICCP, el 61% de los encuestados considera que es poco probable obtener un empleo (el más alto porcentaje desde marzo 2020), el 28% considera que no tendrá empleo, el 10% no sabe o no está seguro y sólo el 1% considera que tendrá empleo.

“Estos resultados (del ICCP) ponen de manifiesto la paradoja que vive el país, reactivación económica y crisis laboral, a la vez, como se puede inferir del reciente Informe de la Calificadora de Riesgo Fitch Ratings”, expresó Quevedo.

El reporte de Fitch Ratings, que sustenta la mejora de la perspectiva de la deuda panameña, de Negativa a Estable, indica que la fuente tanto del crecimiento económico superior a las expectativas en el 2021, como la mejora de la gestión fiscal, es el sector externo.

Fitch cita los mayores ingresos y contribuciones del Canal de Panamá, como el aumento en las exportaciones de cobre y el anunciado acuerdo entre el Gobierno y Minera Panamá, como los factores que sustentan su decisión de mejorar la perspectiva de la deuda panameña, que mantiene así su grado de inversión.

Pero, al mismo tiempo advierte de la debilidad del sector interno de la economía, señalando a dos sectores en particular, construcción y comercio al detal, como “particularmente rezagados”. Estas dos actividades económicas aportan 27% de los empleos del país.

“Los resultados del ICCP de enero 2022 ponen de manifiesto la urgente necesidad de encarar el virus' que enfrenta Panamá, la incertidumbre”, sostuvo Quevedo.

Señaló que en una economía donde el 70% de los empleos son presenciales, Panamá adoptó una severa política de restricción de movilidad en el 2020 y el sector privado perdió a 364 mil trabajadores asalariados (42% de sus empleos formales), mientras que a otros 284 mil (32% del total) se les suspendió el contrato. Es decir, “en el primer año de pandemia, 3 de cada 4 empleos formales privados en el país desaparecieron o fueron suspendidos”, dijo.

Destacó que México, con una población de 126 millones y 55.5 millones de empleos, perdió 647,710 empleos formales en el 2020. Sin embargo, “Panamá, con 30 veces menos población y 33 veces menos trabajadores, perdió la mitad de los empleos formales que perdió México”, comparó.

“Toda la expansión del empleo en los últimos dos años ha estado en el sector público. La economía no está generando nuevos empleos”, recalcó Quevedo.

Según informes del Mitradel, en el 2021 se tramitaron 40% menos contratos laborales que en el 2019 (3 de cada 4, temporales), año en el que se agregaron 52,040 empleos a la economía, todos informales.

Al hacer un balance de los últimos dos años (2019-2021), Quevedo dedujo que se perdieron 238 mil empleos formales privados (incluyendo a los 30 mil trabajadores que fueron reactivados y luego desvinculados) y se agregaron 71 mil nuevos funcionarios.

La informalidad pasó de 44.9% en el 2019 a 47.6% en el 2021, mientras que en enero 2022, más de 463 mil personas recibieron el Vale Digital porque no encuentran empleo.

Para Quevedo, el bajo ritmo de generación de nuevos empleos, así como la alta temporalidad e informalidad laboral “son síntomas de incertidumbre en el clima para las inversiones en el país, que a su vez genera la incertidumbre laboral que el ICCP demuestra de manera contundente, y que se traduce inevitablemente en inhibición del consumo, que en el 2020 cayó en unos $600 millones mensuales.

“Necesitamos crear confianza entre los inversionistas y empresarios, para generar empleo y estimular el consumo interno. Ya el país no se encuentra en una Emergencia Sanitaria, sino en una Emergencia Socioeconómica. Se hace imperativo levantar toda las restricciones relacionadas al covid-19 ( “gripalizar” la pandemia), como lo han estado haciendo otros países, y hacer de la generación de empleo la primera prioridad.

Perspectivas

El pasado 2 de febrero, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) advirtió que tras dos años de pandemia de la covid-19, el crecimiento económico de 6%, registrado en 2021 en América La tina y el Caribe ha sido “insuficiente” para recuperar el empleo en los países de la región.

En la nueva edición del Panorama Laboral de América Latina y el Caribe alertó que las nuevas olas de contagios de la enfermedad infectocontagiosa del virus del covid-19, la ralentización de la recuperación económica, la aceleración inflacionaria y el menor espacio fiscal amenazan el sendero de mejoras del mercado de trabajo y de los ingresos.

En ese sentido, el organismo estimó que la tasa de desocupación este año podría bajar entre 0.2 o 0.3 puntos porcentuales, manteniéndose por encima de 9%. “El panorama laboral es incierto, la persistencia de los contagios por la pandemia y la perspectiva de un crecimiento económico mediocre este año podrían prolongar la crisis del empleo hasta 2023 o incluso 2024”, dijo el director de la OIT para América Latina y el Caribe, Vinícius Pinheiro, durante la presentación del informe.

Por otra parte, en una publicación del pasado 26 de enero, titulada “Cuando la falta de confianza paraliza la productividad y el crecimiento”, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) advirtió que en América Latina y el Caribe, los niveles de confianza están entre los más bajos a nivel mundial.

Incluso, señala que la falta de confianza generalizada representa un serio lastre para la productividad y contribuye a las peores tasas de crecimiento económico del mundo. Pero revertir esta situación, no podría ser más importante que ayudar a la región a salir del estancamiento económico de la pandemia y a resolver muchos otros desafíos sociales, económicos, políticos y ambientales.

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