Panamá camina hacia una nueva fase de la covid-19

Actualizado
  • 13/04/2022 00:00
Creado
  • 13/04/2022 00:00
La pandemia apacigua sus pasos para ceder espacio a la endemia. Expertos elogian el manejo de la situación sanitaria y, según ellos, “está controlada” la crisis sanitaria. Pero advierten del riesgo que significa que haya países de la región que aún registran un número alto de contagios
El exponencial descenso de nuevos casos y muertes demuestra un buen manejo de la situación sanitaria del país.

La disminución del número de casos positivos, de las hospitalizaciones y de las muertes, sumado a una alta tasa de inmunización y de población recuperada de la covid-19, parecen llevar al país al principio del fin de la pandemia y al inicio de un estatus de endemia. Esta es la lectura de Arturo Rebollón, epidemiólogo e investigador de salud pública.

La endemia es la etapa en la que una población o región del mundo tiene una propagación relativamente baja de un virus (ver gráfica).

Panamá camina hacia una nueva fase de la covid-19

“Ya estamos en un punto donde podemos manejar los casos y los hospitalizados: Todo se maneja dentro de los números esperados”, explicó el epidemiólogo. Es decir, entre 200 y 800 enfermos diarios, menos de 15 hospitalizados y menos de 10 muertos diarios, explicó Rebollón.

En los últimos cinco días, el país ha experimentado una tasa de positividad que oscila entre 4,2% (como mínimo) y 5,4% (como máximo), unos 1.137 casos y 5 muertes. Los enfermos en unidad de cuidados intensivos (UCI) no superan los 10.

Xavier Sáez-Llorens, infectólogo e investigador clínico, considera que la pandemia “está controlada” y “muy probablemente ya entramos en la fase de la endemia”.

Ante esto saltan varias preguntas, ¿cuándo volvemos a la vida normal? ¿Cuándo se concluye con el uso de la mascarilla? Aunque la respuesta esperada sería “muy pronto”, aún existen riesgos. La endemia no significa ni que el virus se haya ido ni que ya no es peligroso.

Rebollón está convencido de que nunca volveremos al escenario de 2019. “Ya hay un nuevo virus que se vigila y hay medidas mínimas de protección”, advirtió.

Por su parte, Sáez-Llorens advirtió que todavía podemos tener oleadas o brotes recurrentes si aparece alguna otra variante de la covid-19, si en el tiempo disminuye la inmunidad de las vacunas o, por ejemplo, si en la época lluviosa las personas comienzan a aglomerarse.

Los más vulnerables siempre serán los mayores de 65 años, los pacientes con cáncer y con alguna comorbilidad, quienes aún vacunados pueden experimentar infecciones importantes, recordó Sáez-Llorens.

El infectólogo, sin embargo, está convencido de que las oleadas o los brotes serán mucho más leves.  Y nada podría compararse con la severidad del virus en 2020 y 2021. “Yo diría que entramos en una fase de endemia. Y estamos en mejor posición que muchos otros países”, afirmó.

Alerta con los vecinos

Pero la situación sanitaria del país también dependerá del control mundial de la emergencia sanitaria.

Por ejemplo, si hay países que no han controlado la pandemia, una variante del virus puede rebotar en otro y complicar la situación sanitaria del país.

También pueden emerger variantes importantes y llegar a Panamá, que es vulnerable por ser un sitio de tránsito y conectividad.

El riesgo es más alto cuando no existe control del virus en países de la misma región. Estados Unidos, Brasil y Colombia, por ejemplo, todavía experimentan números altos de nuevos casos. “Un país no está a salvo si el mundo no está a salvo”, reflexionó Sáez-Llorens.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) no ha declarado endemia, precisamente porque existen países en los que todavía no está controlada la crisis.

El virus en Panamá

El nuevo coronavirus surgió por primera vez hace dos años en Wuhan, China, en diciembre de 2019.

El 9 de marzo de 2020, Panamá reportó su primer caso del nuevo coronavirus.  Dos días después, el 11 de abril de 2020, reportó su primera muerte.  Incluso, en el momento más crítico de la pandemia, algunos centros médicos del país llegaron a colapsar temporalmente por el excesivo crecimiento de casos y de muertes del nuevo coronavirus.

Era un virus completamente nuevo que nuestro sistema inmune no había experimentado antes y no había medicamentos ni vacunas.

Las camas de cuidados intensivos estaban repletas, los médicos y enfermeras salían a las calles a buscar los casos, en un intento por detener el avance del virus, con los test.

La covid-19 se propagó explosivamente en Panamá. “Mi gran preocupación fue, ¿cómo hacer para salvar vidas?”, se preguntaba entonces el director de la Caja de Seguro Social, Enrique Lau Cortés.

La pujante economía panameña, envidiada por muchos países de la región, experimentó una histórica caída de 19% después de una severa cuarentena impuesta por las autoridades para reducir los contagios y muertes.

Después de casi tres meses, la economía empezó poco a poco a reabrirse.  En diciembre de 2020, los comercios arrancaron motores, al tiempo que el virus tomaba fuerza.

Pero, el “fuego” de la covid-19 no pudo arder tan intensamente para siempre. Otro duro confinamiento por 14 días, en los primeros días de enero de 2021, controló los contagios. A esta medida, se le sumó el inicio de la vacunación, el 20 de enero de 2021.

El contraste del comportamiento epidemiológico del virus era evidente: las cifras de personas en cuidados intensivos y respiratorios y  hospitalizaciones se redujeron hasta un cuarto, con la inmunización.

Con ciertos temores, la economía amplió la apertura para 2021. Las proyecciones económicas eran buenas, aunque el desempleo no tenía precedentes (18%).  A pesar de ello, la recuperación económica estaba en marcha.

El sistema sanitario contabiliza 8.177 muertes (hasta el 11 de abril), 767.067 casos y 756.804 recuperados.

Las vacunas parecen haber controlado la covid-19, pero no la han extinguido del todo.

La mayoría de los expertos coinciden que se quedará para siempre y se unirá a enfermedades endémicas como el resfriado común y el sarampión, entre otras.

“La endemicidad estaba escrita en este virus”, dijo la doctora Elisabetta Groppelli, viróloga del hospital St George's de la Universidad de Londres, a la BBC Mundo.

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