El crimen organizado recibe millonarios ingresos de los migrantes irregulares

Actualizado
  • 05/10/2022 00:00
Creado
  • 05/10/2022 00:00
Los grupos criminales diversifican sus operaciones, no solo se trata de tráfico de drogas, como se etiqueta al Clan del Golfo, autoridades colombianas aseguran que esta organización tiene el control de la migración irregular hacia la selva panameña. Cada persona paga entre $200 y $400, lo que se traduce en millones para organizaciones delictivas
Igor Pittí, viceministro de Seguridad, reveló que han cruzado Panamá más de 158.00 migrantes en lo que va del año.

La migración irregular que llega a Darién, después de caminar durante más de una semana por la densa selva panameña, se ha incrementado a 2.000 personas diarias, y contando. Las autoridades revelaron que hasta este martes 5 de octubre se tenía registro de 158.609 migrantes. De ellos, casi 113.000 son venezolanos y no prevén una disminución, muy por el contrario. Igor Pittí, viceministro de Seguridad, dijo que están esperando un aumento de migrantes de dicha nacionalidad luego de la apertura de la frontera colombo-venezolana que se mantenía cerrada hasta hace unos meses.

“Han llegado más de mil venezolanos en un día”, manifestó con cierta preocupación el viceministro de Seguridad por el sorprendente aumento.

Los coyotes “preparan paquetes” y cobran entre $200 y $500 por persona, sin distingo de nacionalidad, para pasarlos desde Colombia a la selva panameña donde en muchas ocasiones los abandonan. Muchas veces estos coyotes son quienes roban a los migrantes durante el recorrido.

La pregunta es quién o qué grupo se está beneficiando de las millonarias cifras que cobran por el tráfico de personas o la trata.

Zapatos que usó una menor de edad para cruzar la densa selva de Darién.

Si de enero a principios de octubre llegaron a Panamá más de 158.000 migrantes y lo hicieron bajo el control del crimen organizado, puede representar un ingreso de más de $35 millones para el crimen organizado repartido entre coyotes y agrupaciones delincuenciales.

En 2020 las autoridades colombianas detectaron el control del Clan del Golfo en el tráfico de migrantes por Urabá. Informes recientes de medios de ese país detallan la ruta que emplea el crimen organizado para traficar a los migrantes: sale de Necoclí desde donde los transportan en lanchas hasta Acandí, por este trayecto cobran en promedio $50. Luego los mandan a La Teca por tierra y finalmente caminan dos días hasta llegar a Panamá. Por todo el trayecto les cobran entre $200 y $400 solo en territorio colombiano. Al que no pueda pagar lo obligan a llevar entre dos o tres kilos de cocaína hasta Panamá.

Por la selva darienita hay otros coyotes que emplean varias trochas peligrosas que toman más de una semana para llegar a las poblaciones donde tiene presencia el Estado panameño en Bajo Chiquito y Canan Membrillo, ubicadas en Darién.

El único país de la región que tiene datos precisos de quienes pasan por su frontera es Panamá. Las autoridades tienen cifras cuantitativas y cualitativas, y practican pruebas biométricas a los migrantes, a diferencia de los países de la región.

Hace unos meses el entrante presidente colombiano, Gustavo Petro, sostuvo una conversación telefónica con su homólogo panameño, Laurentino Cortizo, para intentar mejorar la información que proporciona Colombia en relación a los migrantes que salen a Panamá. Pero la mejora se centra en cifras aproximadas e información en investigaciones puntuales que hacen las autoridades panameñas en conjunto con sus homólogos.

“Queremos impulsar, a través de la Conferencia Regional sobre Migración, que Panamá recibirá la presidencia pro tempore el próximo año, una homologación de la información en todo el continente”, expresó Pittí. La propuesta es contar con un Observatorio de la Migración Irregular en el que cada país debe tener la responsabilidad de manejar los números con precisión y compartirlos en una plataforma en la que se pueda ver cómo se está manejando la migración para contar con una trazabilidad y flujo ordenado.

La migración irregular desde la perspectiva juvenil

Estudiantes del colegio Jacarandá exhiben fotografías y sonidos de varios conceptos sobre migración

La muestra se compone de fotografías y sonidos que pueden escucharse abriendo un QR.
MUESTRA

Soledad. Camino. Tiempos. Nostalgia. Trayecto. Esfuerzo. Viaje. Tristeza. Son conceptos interpretados por los estudiantes del colegio Jacarandá a través de una muestra de arte basada en fotografías y sonidos que se exhibe desde hoy miércoles en el Museo de la Libertad y los Derechos Humanos, ubicado en el sector de Amador.

Los jóvenes profundizaron cada uno de estos términos con experiencias de quienes han cruzado la selva de Darién, como un intento para sensibilizar a la sociedad sobre el peligro y la situación que viven los migrantes, no solo en Panamá, sino en la región, hasta llegar a Estados Unidos.

Este martes, con la presencia de diplomáticos de la región, el viceministro de Seguridad, Igor Pittí, y el director regional de Crime Stoppers, Alejo Campos, se inauguró la muestra.

La trata de personas, el tráfico internacional y el tráfico irregular de migrantes son temas del diario vivir en todos los países. Principalmente los temas de trata, donde las estructuras de crimen organizado internacional “están abusando a nuestros países para reclutar a sus víctimas a través de engaños para ser explotadas en las diferentes modalidades de trata”, señaló Campos.

Aunque Panamá se ha caracterizado por ser un país de tránsito, “cada vez más estamos viendo que esas víctimas están siendo explotadas en territorio panameño y otras tantas reclutadas en el istmo”, agregó Campos. Esto significa que Panamá lentamente se está transformando en un país de origen de trata de personas.

Uno de los objetivos de la exposición es intentar poner el tema en la opinión pública, dialogar al respecto, bajo la premisa de que todos podemos ser víctimas de trata, obligados a dejar nuestros países y sumarse a las largas filas de migración. Los migrantes son seres humanos que no han tenido oportunidades en sus países, han sido víctimas de violencia o exclusión social que los expulsa. Familias enteras salen a buscar ese sueño americano prometido en uno de los caminos más difíciles de su vida, otros no lo logran y mueren en el trayecto.

Los estudiantes se inspiraron en el libro de Daniel Chambers y Federico Delicado, “Un largo viaje”, que cuenta la historia de la migración vista desde la perspectiva de los animales y los seres vivos. A partir de esto representaron en fotografías y sonidos creados por ellos mismos los diferentes estadios de cada concepto.

Además, la muestra cuenta con artículos que dejaron atrás los migrantes luego de su paso por Darién. Entre ellos resaltan los zapatos, llenos de lodo, que usó una niña de no más de cuatro años. O las botas de hule que protegieron a otro migrante, las chancletas de un hombre con las que seguramente resbaló en más de una ocasión por el suelo húmedo y lodoso. También se aprecia una casa de campaña pequeña con ropa y el chip de un móvil que en un momento fue útil para comunicar a sus familiares su ubicación y sentimientos.

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