‘Yo no soy prófugo, soy una víctima’

A Pedro Miguel González es visto como misterioso, de mirada profunda y con un gran sentido de familia. En los Estados Unidos se le mantiene abierto un proceso por asesinato contra el soldado puertoriqueño Zak Hernández. Vivió oculto desde el 10 de junio de 1992, día del homicidio hasta que se entregó a la justicia panameña el 26 de enero de 1995. Ha sido diputado y electo presidente de la Asamblea Nacional, cuando se le presentó como “gran patriota”. Perdió la posibilidad de reelegirse como diputado en Veraguas cuando la oposición se unió en su contra.

Soy ingeniero civil, posiblemente me asocie para desarrollar proyectos. Seguiré siendo dirigente político.

Te confieso que antes de las elecciones, cuando ya preveíamos la derrota, era que podíamos abrirle espacio a otros dirigentes para una reestructuración. Ahora lo abrimos a consulta.

Siempre he sido creyente de las encuestas, evidentemente hubo cosas que no hicimos. Nos derrotó la maquinaria publicitaria de Martinelli, detrás de toda esa campaña hay un genio perverso: Salomón Shamah. Fue muy eficaz y nos pegó muy duro. Frente a otras campañas no tuvimos la misma organización, como se hizo en el 2004 con Torrijos. Sobre todo las diferencias entre Juan Carlos y Balbina en una campaña muy prolongada con un gran desgaste.

Fue un error dilatar el congreso que debió ser en agosto del 2007 y quedó para marzo del 2008. Se juntaron los tiempos en una campaña de casi dos años entre la renovación de los dirigentes internos y la celebración de las primarias. Desgaste físico, económico, político.

En el 2002, durante la administración de Moscoso se quiso en las reformas electorales establecer topes y límites de tiempo para la publicidad electoral y eso se vino al piso por la presión de los dueños de los medios de comunicación. Ningún candidato presidencial, incluyendo el nuestro, quiso enfrentar esa maquinaria en contra. La presión fue tan grande que ni siquiera se tomó en cuenta en las reformas del 2007.

Juan Carlos es el que más ha usado ese término. Hubo entendimiento frente a las elecciones del 2004, garantizar la unidad el partido y llevar adelante la eleccion de Martín como líder. En ese momento se tuvo además la intención de apoyar a Juan Carlos para el 2009, pero las encuestas le hicieron mucho daño a esa posibilidad. Si las revisas marcaban a Balbina como la mejor aspirante del PRD para las elecciones presidenciales. Independientemente de los acuerdos que 2, 3 ó 4 dirigentes pudieran tener, si tenemos un partido democrático, pionero en el establecimiento de elecciones primarias a todos los niveles, mal pudiera prevalecer un acuerdo de recámara por encima de la voluntad de la mayoría.

Hubo una situación de mucha tensión. Se resolvió en el momento que yo tomé la decisión de no reelegirme.

Yo no soy prófugo. Los prófugos andan huyendo.. jajaja.. nadie sabe dónde están. Todo el mundo sabe donde estoy, donde vivo, donde me muevo. Con todo esto de la tecnología ellos saben donde estoy, saben que estoy en este momento aquí. Así que yo no soy prófugo.

He sido víctima de una persecución injusta, me sometí a un proceso cuando las condiciones lo permitieron y ese proceso estuvo avalado por la presencia de gente de la embajada y de todos los niveles de Estados Unidos. Ellos contrataron un acusador particular y tuvieron la oportunidad de presentar todas las pruebas a favor de su causa. Es injusto que se pretenda encausarme nuevamente. Hay un principio universal del derecho: no puedes juzgar a una persona dos veces por la misma causa.

Se ha cuestionado la legitimidad, a posteriori. Cuando se dio el resultado, muy alegremente, se ha dicho que fue un proceso viciado políticamente, para tratar de restarle legitimidad, pero jamás se ha presentado una sóla evidencia frente a esos señalamientos. Es un acto de arrogancia, de prepotencia el pretender desconocer un fallo legítimo judicial, de un tribunal de Panamá. Estados Unidos quiere desconocer el resultado de este proceso. Si el resultado en Panamá hubiese sido adverso a mí, si hubiese sido condenado, ¿hubiesen cerrado el proceso en los Estados Unidos?

Es una situación que el Estado panameño deberá resolver a través de canales diplomáticos. A mi me protege el hecho de que soy un ciudadano panameño, el hecho de que fui juzgado y absuelto y si eventualmente surgiera algún requerimiento de los Estados Unidos para que yo compareciera ante alguno de sus tribunales, el Estado panameño deberá actuar en contra de ese requerimiento. La Constitución no permite la extradición y el Estado panameño debe hacer valer el resultado de un proceso judicial que fue ventilado en buena lid.

Yo estoy bien tranquilo, dejo de ser legislador, pero sigo siendo ciudadano panameño, no me voy a ir a Cuba ni a Venezuela. No me voy a ir a otro país como si estuviera huyendo. No importa si es Martinelli o quien sea el presidente, yo siempre voy a apelar a la protección del Estado como ciudadano.

Eso nunca fue cierto, yo simplemente quise ser diputado como parte del desarrollo de un dirigente político que avanzó en distintas etapas.

No. Yo puedo salir, con muchas precauciones. Mientras ésto no se resuelva, que espero que algún día se resuelva, pretendo mantenerme en Panamá sin correr riesgos.

El tiene todo el derecho de regresar a su país. Mucha gente pagó un precio por la confrontación que se dio a finales de los 80 que terminó con la invasión. Noriega es el panameño que quizás ha pagado el más alto precio por aquellos acontecimientos. El debería tener la oportunidad de regresar a su país y el derecho, de él y su familia, de reencontrarse.