Martinelli prefiere usar la vía rápida

Actualizado
  • 12/09/2009 02:00
Creado
  • 12/09/2009 02:00
PANAMÁ. En los últimos años las contrataciones directas no han sido un buen reflejo de transparencia en la administración pública.

PANAMÁ. En los últimos años las contrataciones directas no han sido un buen reflejo de transparencia en la administración pública.

Una muestra reciente es el caso de la fibra de vidrio. Un ejemplo de lo complejo y delicado que resulta el método.

Por este caso a los ex ministros de ese ramo, Salvador Rodríguez y Belgis Castro se les formuló cargos por supuesto peculado.

CONTRATACIONES DIRECTAS DEL CAMBIO

Pero al margen de esto, las contrataciones directas parecen ser parte del estilo de la nueva administración. En los 74 primeros días de gestión el Consejo Económico Nacional (CENA) ha aprobado al menos cinco compras importantes por la vía directa.

Pero eso no es todo siguen apareciendo nuevas contrataciones que juntas a las ya aprobadas por el CENA ascienden a más de 80 millones de dólares.

La contratación directa de la consultora MacKenzie and Company, que brindará asesoría para la reforma tributaria por un monto de 2.5 millones de dólares. Además 55 millones para la empresa Odebrecht en la construcción de la segunda etapa de la Cinta Costera.

Otro caso es la compra directa de 20 ambulancias por 1.6 millones de dólares.

Sumado a esto está los 5.5 millones de dólares aprobados para la contratación directa para el proyecto de electrificación de la cerca perimetral y cuartos para los custodios del Centro Penitenciario La Joya.

Y lo más nuevo las intenciones de adquirir por compra directa un avión para la presidencia a un costo de 17.9 millones de dólares.

LAS OPINIONES

Para el analista político Mario Rognoni, las contrataciones directas son “una degeneración de la contratación publica. Una viveza en la que hemos caído en los últimos gobiernos y que se debe frenar, eliminar por completo ”.

Jaime Porcell, también analista político, sostiene que algunas veces se justifican las contrataciones directas. Pero en la actual administración “van por los $200 millones algo inconcebible e inaceptable.

Asegura que el caso de la consultora fiscal y la cerca de la cárcel “pudieron licitarse sin ningún problema”.

“Hay demasiado dinero en compras directas. Eso crea sospechas y una sensación de que este gobierno es más de lo mismo”, dice Porcell.

“El presidente prometió una serie de consideraciones éticas a las que pareciera darle la espalda”, puntualizó.

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