El avión del cuento chino

PANAMÁ. Establecer si el avión Embraer Legacy 600 —valorado en 22 millones de dólares— fue una donación del gobierno de Taiwán al de Panamá, o si fue el gobierno panameño el que pidió el aparato, era la interrogante a la que La Estrella buscó darle una respuesta.

Desde la mañana de ayer se hicieron los contactos en la sede diplomática de Taiwán en Panamá. Mientras el equipo asesor se reunía con el embajador Simon Shen-Yeaw Ko para analizar la situación, en la oficina de prensa le pedían paciencia a los periodistas.

“Esperamos tener algo como a las cuatro de la tarde”, informó una de las oficiales de prensa de la legación diplomática. Con precisión oriental, llegó la comunicación.

“Después de ver toda la situación, será el gobierno de Taiwán quien autorice al embajador para que se refiera al tema.

Allá también se está analizando la situación. Por el momento, no se harán comentarios al respecto”, señaló la periodista.

La posición diplomática dejó abierta la puerta del análisis.

El abogado Eloy Alfaro duda que el avión sea un “dadivoso ofrecimiento” del gobierno taiwanés al panameño, y menos que Panamá haya pedido una donación de tal naturaleza.

“Lo que sucede, a mi entender, es que el gobierno panameño ya había encargado el avión bajo la figura de una contratación directa y como existe el convenio de cooperación con Taiwán, se autorizó el pago a través del Banco Nacional. Así, cuando el gobierno taiwanés le entregue el fondo a Panamá, el mismo se usaría para reembolsar el préstamo.. así de sencillo”, explicó.

Según Alfaro, no es cuestionable que el presidente de la República quiera tener un medio de transporte de acuerdo con su jerarquía; el problema radica en que se ha querido hacer ver que se trata de una donación, cuando en realidad es una compra.

“Esto trae como consecuencia para el gobierno dos costos políticos; el primero es el de decidir hacer ese gasto y el segundo, tratar de cubrirlo con un cuento que no ha sido convincente”, señaló el abogado, miembro del PRD.

Mediante la Resolución de Gabinete 161, publicada en la Gaceta Oficial 26438, de 31 de diciembre de 2009, se autorizó la contratación directa entre la Autoridad de Aeronáutica Civil y la empresa brasileña de aeronáutica Embraer para el suministro de una aeronave modelo Legacy 600-EMB-135BJ, “bajo la condición de seguridad del Estado”, por un monto de 21 millones 900 mil dólares.

La resolución señala que, aparte de que la aeronave prestará transporte aéreo “en las máximas condiciones de seguridad” a personas en misiones de asistencia social y comunitaria “como también en las misiones oficiales”.

El documento también destaca que mientras se reciben los dineros provenientes de la donación de Taiwán, el Banco Nacional de Panamá pone a disposición el crédito para adquirir el avión, y que el dinero será reembolsado al banco como parte de la cooperación bilateral entre el Estado y Taiwán, “como parte del convenio de cooperación bilateral entre ambos países”, con vigencia entre julio de 2009 y junio de 2014, “inclusive”.

El avión Embraer modelo Legacy 600-EMB-135BJ, de acuerdo con algunas consultas en páginas electrónicas especializadas en aeronáutica, compite en el “segmento más alto de los aviones ejecutivos” de medio a largo alcance.

De acuerdo con las especificaciones se trata de un avión ejecutivo, de la familia de reactores comerciales. Está diseñado para llevar 16 pasajeros en tres secciones, incluyendo una tripulación de tres personas, piloto, copiloto y azafata.

En un video promocional que aparece en YouTube se muestra al Embraer Legacy 600 como “un avión presidencial”, mostrando su interior de lujo y de clase ejecutiva, “versatilidad y desplazamiento cómodo y confiable”.

Puede hacer vuelos hasta Centro y Sudamérica sin escalas, y para viajes a Europa requiere de al menos una escala para abastecimiento de combustible.

En 2008, el gobierno del presidente ecuatoriano Rafael Correa compró un avión Embraer Legacy 600 a la empresa brasileña por 30 millones de dólares, el cual estrenó en su viaje a la cumbre presidencial de Salvador Bahía en Brasil.