“Yo sólo veía los fajos de cien dólares. Benavides los cerraba y enviaba”

Actualizado
  • 27/05/2015 02:00
Creado
  • 27/05/2015 02:00
El magistrado tenía un lema: ‘yo puedo ser de todo, menos corrupto'

Vicente Caballero relata la historia como una poesía aprendida en el kínder. No pide agua, no frunce el ceño para recordar lo que se le ha pasado ni se inmuta ante la mosca incómoda que le interrumpe a cada rato. En un cuarto de cuatro por tres metros, antesala de las celdas de la prisión de Santiago (donde está preso hace cuatro años), describe la manera en la que —según él— funcionaba la red de tráfico de fallos del magistrado de lo Contencioso Administrativo Víctor Benavides. ‘Él se justificaba en que todo el mundo lo hace, que es la práctica normal', apunta. Lo dice con la certeza del testigo presente. Aunque él fue más: su chofer y su jefe de seguridad. Y también a quien el juez le encomendaba entregar expedientes, recoger proyectos de fallos, y repartir el dinero que mantenía el negociado .

¿CUÁNDO EMPEZARON LAS ANOMALÍAS EN EL DESPACHO DE BENAVIDES?

El magistrado tenía un lema: ‘yo puedo ser de todo, menos corrupto'. Pero eso sólo fue cuestión de tiempo, de llegar a la Corte Suprema de Justicia y que se diera cuenta de lo que allí pasaba. Por un año, él se mantuvo muy en su línea, muy recto, hasta cuando empecé a ver estas cuestiones.

¿CUÁLES ERAN ESAS CUESTIONES?

La práctica de sacar los expedientes de la Corte, cuatro, cinco, seis expedientes. El magistrado me los daba directamente para que los llevara.

¿LOS LLEVARA A DÓNDE?

A dos señoras, Linda y Yadira (no recuerdo sus apellidos), sus exsubalternas en la Procuraduría de la Administración. Ellas viven en Altos de Panamá, pero no permitían que fuese a su casa. Me esperaban en el Súper 99 de Condado del Rey. Yo llegaba en mi carro, ellas en el suyo, y les daba las cajas forradas con tape . Y de forma inversa, cuando tenían listos los expedientes.

¿Y PARA QUÉ LOS SACABA?

Para tramitar esos expedientes afuera. Los manejaba él, y no sus asistentes. Él se cuidaba mucho.

¿CUÁNTOS EXPEDIENTES LLEVÓ?

Cada vez que le llevaba eran cuatro, cinco expedientes, y demoraban —con ellos— cinco, seis días. Era frecuente. Imagínese en cinco años... (el periodo en el que Caballero trabajó para Benavides).

¿Y QUÉ GANABAN ELLAS?

Sobres con mucho dinero, yo mismo los llevaba. Cuando iba a su escritorio, tenía el dinero, los envolvía. Tenía varias gavetas, sacaba el dinero de ahí.

¿CUÁNTO PAGABA EL MAGISTRADO POR ELLO?

No puedo señalar eso. Yo veía los fajos de cien (dólares), el magistrado los cerraba y los mandaba. Cuando llevaba el dinero, se lo entregaba a Abilio. Me decía: ‘si está Abilio, lo entregas; si no, no lo entregas'.

¿FUE USTED EL ÚNICO ESCOLTA QUE LLEVÓ LAS ENCOMIENDAS Y FUE SÓLO A ‘LINDA' Y A ‘YADIRA'?

Esa confianza sólo la tenía conmigo. También le llevaba expedientes a Abilio Batista (abogado). De otras personas tengo recuerdos leves de lugares, y no quiero hacer señalamientos que no pueda sostener. Lo de Abilio Batista, él sí... Hacía lo mismo que Linda y Yadira, aunque con él era diferente porque había más amistad. Cuando veníamos de Santiago siempre parábamos en su casa, en Vacamonte. Los casos más relevantes, en los que se manejaba dinero, los llevaba Abilio Batista.

¿QUÉ EXPEDIENTES FUERON TRAMITADOS ASÍ?

No recuerdo. Comencé a guardar los cartoncillos (de los expedientes), le sacaba los nombres, ya sea nombre de persona o empresa, pero después mi esposa me recomendó que botara eso. Que podía meterme en un problema.

¿ENTONCES LOS BOTÓ?

Sí. Lástima, hoy me hubiera servido como una prueba contundente.

¿CÓMO LLEGABA EL DINERO A LAS GAVETAS DE BENAVIDES EN LA CORTE SUPREMA?

Siempre tuve la sospecha de que era a través de Leonel Solís Benavides. Para ese momento (2006-2009), él trabajaba en la Presidencia, muy allegado a (Martín) Torrijos. Así como hacíamos con Abilio, era muy frecuente pasar por su casa, está por Punta Pacífica.

¿SOLÍS LE DABA EL DINERO?

Él (Benavides) subía y bajaba con un maletín. Siempre supe que bajaba con dinero. Yo conocía a Leonel Solís, él bajaba a despedirlo. Creo, sin equivocarme, que esa era la fuente del dinero.

(Solís era asesor legal de Martín Torrijos para entonces y, según fuentes políticas, es quien habría conectado al hoy magistrado con Torrijos. Víctor Leonel Benavides es su primo).

USTED DICE QUE ENTREGABA EL DINERO A ‘LINDA', ‘YADIRA' Y ABILIO BATISTA. ¿Y PARA EL MAGISTRADO?

Cuando empezó a negociar fallos, vino el dinero (...) aunque ahí —en la Corte— no hablan de dinero, sino de favores: tú me ayudas, yo te ayudo. Depositaba el dinero en el Banco Nacional.

¿ERAN CUENTAS DEL MAGISTRADO?

Claro, si era una libreta mía no lo iban a aceptar. Cuando yo iba, el que estaba parado ahí era el magistrado. Eran sus cuentas. Manejaba hasta dos y tres cuentas de cada cosa: plazo fijo, corriente, Navidad. Incluso, en el banco me decían: ‘dígale al magistrado que cuando venga a hacer los depósitos, que los billetes sean más pequeños. No podemos aceptar tantos de cien'.

¿DÓNDE HACÍA ESOS DEPÓSITOS?

Por cercanía, la (sucursal) que más frecuentaba era la del (Hospital) Oncológico. Cuando quería ver algo de sus cuentas, se iba con el gerente de turno de la (sucursal) de Avenida Perú. La otra era la de Balboa.

¿Y NO HABÍA CONTROLES PARA EL DEPÓSITO DE ESE DINERO?

Depositaba 5 mil, 10 mil y hasta 20 mil dólares. Pero si hubiera llevado 30 mil, igual me lo hubieran aceptado, porque eran del magistrado.

¿Y QUIÉN ERA EL CONTACTO EN EL BANCO NACIONAL?

Con el gerente, con los administrativos. Él era muy amable: con el dinero que estaba depositando y con su forma de ser... Igual, nunca tuve problemas (en el banco). Llegaba y tenía prioridad si había fila. Sabían que era escolta del magistrado.

¿BENAVIDES LE JUSTIFICABA MORALMENTE LO QUE OCURRÍA?

Él no tenía que justificarme nada. Él tenía claro que lo que hacía estaba mal, y sabía que yo sabía las cosas malas que hacía. Y me decía: ‘no te preocupes'. Se justificaba en que todo el mundo hace eso. Era la práctica normal.

¿Y A USTED LE TOCÓ ALGO?

No, mi salario y mi viático, y bastante que me lo reprochaba.

¿Y POR QUÉ NO DEJÓ DE TRABAJAR CON ÉL?

Yo no estaba apadrinándolo ni estaba reído, pero era mi trabajo. ¿Volver a la PTJ, donde ganaba menos de la mitad de lo que estaba cobrando en la Corte? No tenía sentido. En la Corte ganaba $825 y con el viático me hacía como mil (dólares). Además, la plata no era mía. Yo no era quien vendía los fallos. Era Benavides.

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‘ En el Banco Nacional me decían: dígale al magistrado que cuando venga a hacer los depósitos, que los billetes sean más pequeños. No podemos aceptar tantos de a cien (dólares)'.

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EL VÍNCULO BENAVIDES - CABALLERO

Caballero fungió como jefe de escoltas del magistrado hasta 2010.

¿Dónde lo conoció? En la Procuraduría de la Administración, en 1994. Benavides era Secretario General y Caballero, funcionario de un programa financiado por el Gobierno español.

¿Cómo llegó Caballero a la Corte? De la mano del propio Benavides, el 12 de enero de 2006. El magistrado llevaba diez días en el cargo. Lo nombró como su escolta, aunque —según Caballero— su salario lo pagó la PTJ hasta su desaparición, en 2009.

¿Cómo se rompió el vínculo? Cuando Caballero fue acusado de ser el autor intelectual del secuestro de la madre de Benavides (ocurrido en octubre de 2010).

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