Directorio Nacional del PRD decide hoy futuro de ‘disidentes'

El Partido Revolucionario Democrático (PRD) se juega hoy su futuro político. Con la debacle que significó la elección de la nueva Junta Directiva de la Asamblea Nacional, los miembros del Consejo Directivo Nacional (CDN) del colectivo decidieron tomar la riendas y hacerse sentir.

‘CUALQUIER DECISIÓN QUE SE TOME TIENE QUE SER EN CONSENSO O POR VOTACIÓN, ÉSTA ULTIMA POR MAYORÍA SIMPLE',

DORIS ZAPATA

VICEPRESIDENTA DEL PRD

Hoy los 310 miembros del CDN deciden si solicitan o no un proceso disciplinario para los diputados que no siguieron ‘la línea' del CEN el pasado sábado, que era la de apoyar al candidato Carlos Motta. Sin embargo, no hay aún un consenso general, ya que una mayoría piensa que si se sanciona a los diputados, no se hizo lo mismo en el pasado, cuando seis diputados desobedecieron a la anterior directiva.

Entre esos seis se encuentra el actual secretario general del colectivo, Pedro Miguel González.

El CEN convocó una sesión extraordinaria del CDN para analizar, entre otras cosas, los ‘resultados' de la elección de la nueva Junta Directiva de la Asamblea, el pasado sábado.

El plato fuerte de la reunión es el apoyo de los tres diputados (Rubén De León, Diógenes Vergara y Roberto Ayala) a la candidatura de Yanibel Ábrego, de Cambio Democrático, para la presidencia de la Asamblea. La diputada María Delgado y el suplente de Leandro Ávila, por su parte, se abstuvieron de votar.

La reunión del Directorio Nacional es el primer paso para iniciar un proceso disciplinario en contra de los diputados que no siguieron la directriz de la bancada del PRD. Dos opciones pueden surgir: la expulsión de los diputados del colectivo o que no sean postulados para cargos públicos de elección popular en las próximas elecciones generales de mayo de 2019.

‘Podrán ser candidatos independientes y por otros partidos en el 2019', dijo una fuente interna del PRD.

El camino se iniciaría hoy si el Directorio Nacional decide solicitar al fiscal del partido que abra un proceso contra los diputados y, a su vez, tiene que hacer una recomendación al Tribunal de Honor para que tome una resolución.

El fallo del Tribunal de Honor es apelable ante el CDN, quien finalmente tomará la decisión.

Doris Zapata, primera vicepresidenta del PRD, explicó que la medida tiene que ser tomada por consenso o por votación de los miembros del Directorio Nacional. En caso de que sea por votación, deber contar con la mitad más uno de los directores que asistan. En total, son 310.

El partido cuenta con varios mecanismos para iniciar un proceso disciplinario y el Directorio Nacional es uno de ellos, por lo que hoy se debe decidir una medida en esa dirección, explicó Zapata.

En el caso de la disputada Delgado y el suplente de Ávila, quienes se abstuvieron de votar, Zapata fue enfática en señalar que la orden del CEN era votar por el diputado Motta.

LOS PARTIDOS POLÍTICOS CARECEN DE LIDERAZGO, GÓMEZ

La diputada independiente Ana Matilde Gómez consideró que lo sucedido el pasado sábado en la Asamblea Nacional no es más que consecuencia del divisionismo de las bancadas de los tres partidos mayoritarios. Una realidad, a su juicio, que hace que el debate en la Asamblea se centre en los conflictos personales y se utilice el foro para hacer públicos los reclamos por largas disconformidades con las formas de ejercicio del poder a lo interno de los colectivos.

‘En la Asamblea hay un partido sin líder, otro cuyo único líder está preso, otro cuyo mejor líder está muerto y otro que cuyo liderazgo se debilita con el paso del tiempo en la gestión de gobierno', señaló la diputada independiente en un comunicado colgado en su página de Facebook.

‘Las pugnas internas distraen de lo que la población espera de los diputados, que no es más que la solución de sus problemas y fiscalizar adecuadamente la gestión gubernamental para la correcta gobernabilidad del país', indicó.

Gómez señaló que es consciente de la ‘fragilidad estructural' que el oficialista Partido Panameñista tiene a lo interno de la Asamblea, lo que lo obliga a establecer relaciones de poder cada vez más confusas, con aliados emergentes, eventuales y desesperados, con lo que la correlación de fuerzas a lo interno se mueve como un péndulo dependiendo de la disposición o no, de las bancadas mayoritarias en apoyar sus propuestas.