Dictaduras que marcan vidas

Actualizado
  • 04/07/2019 02:00
Creado
  • 04/07/2019 02:00
Lilly Nicholls, embajadora de Canadá en Panamá, es chilena de nacimiento. Vivió el tiempo de Salvador Allende que fue trascendental en su historia

Lilly Nicholls es una diplomática de carrera. Le apasiona involucrarse con temas relacionados con la pobreza global, la promoción de las mujeres, los jóvenes y la defensa de los derechos humanos en general. Aunque había estado vinculada con el servicio exterior de su país durante más de 30 años, es la primera vez que ocupa el cargo de embajadora.

Manifiesta que se siente honrada de ser una embajadora latino-canadiense, en representación del país que le abrió sus puertas en tiempos difíciles, pues nació y se crió en Chile.

Quisimos conversar con ella con motivo del día de Canadá, el cual se celebra el 1 de julio.

Su familia tuvo que salir exiliada de su país, en septiembre de 1974, por motivo del golpe de Estado que marcó el fin del gobierno de la Unidad Popular, de Salvador Allende, que fue seguido por el establecimiento de una junta militar liderada por Augusto Pinochet.

Chile, que hasta ese entonces se mantenía como una de las democracias más estables de América Latina, entró en una férrea dictadura militar que cometió sistemáticas violaciones a los derechos humanos, y que se extendió hasta 1990.

Entonces salieron del país un gran número de chilenos. El padre de Lilly trabajaba en el Ministerio de Salud, como director de Salud Pública, y su madre era asistente social y profesora universitaria. Durante esa época detuvieron a los intelectuales de izquierda, muchos de los cuales fueron llevados como prisioneros al Estadio Nacional, recuerda la hoy diplomática.

Sus padres tuvieron mucha suerte de haber podido salir del país, y ‘fue gracias a Canadá', expresa, y recuerda que su padre había estado en una conferencia en el país norteño durante el golpe militar y le propusieron que no regresara, que se quedara en ese país, pero él respondió que debía volver, porque tenía cuatro niños pequeños, uno de los cuales era Lilly, que entonces tenía 10 años.

Cuando su padre regresó a Chile, habían sacado a muchos funcionarios del ministerio y su nombre formaba parte de una lista negra. Hubo colegas y amigos que lo protegieron, pero fueron los miembros del Ministerio de Salud Pública, llamado Health Canada, quienes lo ayudaron a salir. ‘Lo que mi papá no le contó a mi mamá, era que le estaban ofreciendo un contrato de tres meses y no como médico, sino como biólogo nivel 1, que era la categoría más baja', rememora.

‘Este año Panamá se convirtió en uno de los países mineros más importantes de Latinoamérica, porque por primera vez se exportó de aquí una gran cantidad de cobre'.

‘Fue bastante traumático, porque salimos a escondidas; todavía recuerdo que tuvimos que vender y regalar todo en un par de meses, porque en enero ya nos fuimos', expresa.

Nunca olvidará cuando llegaron a Ottawa (territorio canadiense), vestidos con ponchos, con zapatillas de lona y con algunos billetes de $100 dentro de los calcetines. Había nieve. A los niños se los habían llevado engañados, pues les dijeron que iban de vacaciones a Canadá, pero aquella niña de 10 años sospechaba que algo no andaba bien. Se instalaron en un apartamento muy pequeño.

Una vez instalados, su padre los sentó a todos en un sillón y les dijo que no tenía nada, que no reconocían sus títulos, y que la única manera de salir adelante era que todos tenían que trabajar y estudiar durísimo.

Afirma Lilly que sus padres siempre fueron muy optimistas; y con una notable conmoción señala: ‘todos estamos muy agradecidos por la ayuda que nos ofrecieron los canadienses'.

Su padre tuvo que re-educarse y su madre sacrificó su carrera para cuidar a los niños. Se trata de un episodio que no podrá olvidar, pues con sus corazones destrozados tuvieron que dejar su natal Chile.

Hoy en día, poder ser embajadora y representar a Canadá en Latinoamérica es algo que nunca Lilly se imaginó. ‘Uno como exiliado crece sin la familia, es la parte triste de todo esto. Yo vi a mi familia 20 años después, que fue cuando pude regresar a Chile', indica.

Llama mucho la atención que una chilena canadiense sea la embajadora de Canadá en Panamá, ¿eso es común en su país?

Eso cada día es más común, por ejemplo, nuestra embajadora en Chile es canadiense de origen español. Muchos de nuestros ministros son de origen extranjero: de Somalia, India, Afganistán y otros países.

En Canadá hay un mosaico multicultural, por ejemplo, existen miembros de la Policía Montada de Canadá que usan turbantes. Yo tuve muchas compañeras de trabajo que usaban hijab (un pañuelo que se ata a la cabeza). Las nuevas generaciones tienen mucho orgullo de sus costumbres. Mis hijos son una mezcla de Chile, Francia y Hungría, y ellos están orgullosos de toda esa mezcla.

¿Qué le pareció Panamá a su llegada, en comparación con las veces anteriores que había estado?

Llegué a Panamá hace 10 meses, pero, sí, había estado ya en el año 90 en calidad de voluntaria del Programa de Desarrollo de Naciones Unidas (PNUD), como parte de mi primer trabajo en el Plan Especial de Cooperación Económica. Al llegar de nuevo, me impresionó mucho ver cómo ha cambiado, lo moderno que está. Recuerdo que hace 30 años, la única parte moderna de Panamá era Punta Paitilla. En ese momento no se podía ir al Casco Viejo, porque era peligroso; hoy día, en cambio, está protegido por la Unesco y está precioso y lleno de turistas.

En ese momento el Canal no era de los panameños y la gente decía que Panamá no iba a poder manejarlo, pero no, los panameños han demostrado con creces que sí pueden manejarlo.

¿Algún plan concreto con Panamá?

PERFIL

Ha asesorado a la red de la sociedad civil en la reducción de la pobreza, equidad de género y problemas de eficacia de ayuda.

Nombre completo: Lilly Nicholls

Ocupación: Embajadora de Canadá en Panamá

Lugar de nacimiento: Chile

Resumen de su carrera: Licenciada con honores en Ciencias Políticas y Sociología, por la Universidad de Carleton, 1987, Ottawa, Canadá; Maestría en Política Económica Internacional, Universidad de York, 1989, Toronto, Canadá; Doctora en Desarrollo Internacional, Escuela de Economía y Ciencias Políticas de Londres (LSE), 1998, Londres. Tiene 30 años de experiencia internacional y una carrera que abarca seis continentes e incluye roles de liderazgo en la sociedad civil, academia y gobierno. Ha trabajado como especialista de economía en PNUD en Centroamérica y en la Oficina del Informe sobre Desarrollo Humano en New York.

Tenemos varios. Uno, existe una relación muy especial con el sector de seguridad y uno de los grandes logros en ese sentido, fue el establecimiento del Centro C5 de Emergencias y Seguridad con el liderazgo del Ministerio de Seguridad Pública y la Canadian Commerical Corporation (CCC), el cual se inauguró justo antes de la llegada del papa Francisco; se trata de un modelo para el resto de la región que cuenta con cientos de cámaras instaladas en todas partes de la ciudad, para monitorear la seguridad. El centro integra a todos los actores de la seguridad: Policía, bomberos, ambulancias, el 911 y Policía Fronteriza. Esta tecnología canadiense y norteamericana de la firma General Dynamics es lo mejor en seguridad que tiene la región.

Otro tema en el que estamos involucrados ambos países es la educación. Tengo que decir que en lo que respecta al Programa Panamá Bilingüe, que es para entrenar a profesores de inglés, en los últimos años se ha duplicado el número de panameños que van a Canadá a capacitarse en el idioma, y ha sido excelente, porque los panameños allá reciben educación de alto nivel. En Canadá, además, las más de 90 universidades son todas públicas y reguladas por las provincias. Esperamos que el énfasis en la educación siga creciendo con la llegada del presidente Cortizo.

También una multinacional canadiense está desarrollando un proyecto minero...

Este año Panamá se convirtió en uno de los países mineros más importantes de Latinoamérica, porque por primera vez se exportó de aquí una gran cantidad de cobre. First Quantum/Minera Panama, la multinacional canadiense encargada del desarrollo del proyecto ha invertido 6 mil 400 millones de dólares para la explotación de la mina en Donoso, la cual, durante la fase de construcción, otorgó 10 mil empleos y ha invertido más de 50 millones de dólares en proyectos sociales. Se trata de un proyecto donde realmente se ha hecho la minería de una manera sostenible y responsable.

Si hubiera un interés de parte del nuevo gobierno, a Canadá le interesaría brindarle a Panamá asesoría técnica en ese tema. Tenemos acuerdos en un proceso inicial con diferentes universidades para entrenar a geólogos, mineros y otras profesiones vinculadas al tema.

Hace un rato usted se refirió al Canal de Panamá y, de hecho, uno de nuestros principales clientes es precisamente Canadá…

Para Canadá es muy importante la relación con el Canal. A pesar de que la mayoría del comercio canadiense es con Estados Unidos, somos el usuario número 10 del Canal. Tenemos ingenieros canadienses, como el Ing. William O'Neil asesorando al Canal y eso nos enorgullece. He visto cómo funciona el Canal en compañía de la fabulosa ingeniera Ilya de Marotta, y la verdad es que se trata de una empresa que es manejada con maestría.

¿Cómo ve la participación de la mujer en la política?

Nuestro primer ministro, Justin Trudeau, es feminista. Bajo su liderazgo se creó por primera vez un gabinete mitad mujeres y mitad hombres. La política de relaciones exteriores también es feminista. Ejercemos una política de cooperación internacional en la que se dice que la ayuda internacional que da Canadá a países en vías de desarrollo tiene que contribuir con la reducción de la pobreza, ya que una de las mejores maneras de hacerlo es a través del empoderamiento de las mujeres, pues al invertir en las mujeres se producen muchos efectos multiplicadores positivos… eso está demostrado.

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