• 10/08/2020 06:43

Justo Arosemena anti-yanqui

A Simón Bolívar y a nuestro Justo Arosemena, hombres universales, se les procura escamotear el carácter anti-yanqui

A los prohombres hispanoamericanos -del decimonono y también del siglo pasado- hoy Latinoamérica; las burguesías nacionales dominantes a las que como fuerzas sociales victoriosas les ha tocado contar la historia, han sido muy dadas a invisibilizar el verdadero carácter y valor doctrinario de sus pensamientos .

Por ejemplo, a Simón Bolívar y a nuestro Justo Arosemena, hombres universales se les procura escamotear el carácter anti-yanqui (no anti-imperialista, porque el imperialismo no había -para la época- germinado); encasillar sus ideologías a simplismos heroicos y burocráticos. "Simón Bolívar "libertador de América" y, muy poco o casi nada, se comenta -en las aulas de clase- sobre la histórica "Carta de Jamaica". Con relación a nuestro insigne patriota, revolucionario y anti-yanqui, sus profundas meditaciones sobre "nuestra América", de la que habló el apóstol de Cuba, concurre el unilateralismo de gran "ocupador de cargos" públicos y se oculta maliciosamente verbigracia, el ensayo del "Estado Federal" y el siguiente comentario sobre la nefasta presencia en Istmo de los norteamericanos a mediados del siglo XIX: "Panamá con cinco mil habitantes -pueblo apacible y tranquilo- vivía con $0.20 al día. Y, de pronto -en 1949- aparecen 3,000 personas llenas de dinero y se mantienen por varios meses, revolucionando moral e industrialmente en su tramo de un mar a otro". Nos dice Don Justo que se incrementó de 4 a 6 veces el precio de las mercancías de los bienes y servicios y se multiplicó la codicia. "La autoridad tuvo que aumentar en proporción a la pérdida de la moralidad". (Tello, Argelia. "Ensayos de Justo Arosemena, 1985").

De este comentario tangencial, pero significativo, de la prolífica obra doctrinaria del "padre de la nacionalidad", podemos inferir claros mensajes de los efectos nocivos de la presencia masiva y nociva de extranjeros, principalmente estadounidenses, en las bucólicas costumbres istmeñas.

Por eso, este domingo 9 de agosto cuando se cumple el 217 aniversario del natalicio del insigne patriota, los 71 diputados de la República y los más de 30 mil abogados del país, debieran comenzar la celebración, al menos, con la lectura de una de sus obras.

Porque ni la directiva actual del Colegio Nacional de Abogados (CNA), ni los diputados de la Asamblea Nacional -con sus imposturas en medio de la pandemia- le hacen honor al más ilustre de los istmeños del siglo XIX. ¡Así de sencilla es la cosa!

El autor es abogado y analista político.

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