• 07/09/2008 02:00

Identidades coherentes

Esta semana asistí a una capacitación en el Acelerador de Empresas de la Ciudad del Saber. Tengo que reconocer que en pocas horas, un bu...

Esta semana asistí a una capacitación en el Acelerador de Empresas de la Ciudad del Saber. Tengo que reconocer que en pocas horas, un buen par de chilenos pusieron el dedo en la llaga con esto del tema de las identidades y de qué es lo que yo oferto y qué promesa le hago al público.

Haciendo mi transferencia al plano nacional, creo que todos los candidatos deberían tomar el curso. Aparte de que les enseñarían a hacer su blog, para que den cabida a un montón de gente que digan lo que piensan de ellos y ellas y aguanten el “güaqueo” o “güakeo” o “huaqueo” (como lo quieran decir), por lo menos les orientarían en qué es lo quieren demostrarle verdaderamente a los electores.

En otras palabras: la promesa que escucharán los electores de parte de ellos y ellas. Y no tiene que ver ni con “qué lindo corazón yo tengo”, ni “soy el que más camino con tus zapatos”, ni “ojo por ojo, diente por diente” ni “yo no soy aristocrático, que me llamen por teléfono”. NO.

Tiene que ver con un verdadero compromiso con las personas. Compromiso que es promesa y que tiene que ver con el interés común de todos en este país donde vivimos, reímos, lloramos, sufrimos y alcanzamos sueños.

Tiene que ver con entender cuáles son las expectativas de la gente común y corriente y asumirlas como propias.

Tiene que ver con la credibilidad de quien hace las promesas.

Esa autenticidad que debemos proyectar y que debe ser coherente entre lo que digo y lo que hago.

Yo no puedo venir hoy a declarar, por ejemplo, que tengo millones de dólares de capital, si lo único que he hecho es ser alcalde, legislador/a y en todos estos años, de negocio, sólo se me han conocido una parrillada de pollos.

Se trata de construir permanentemente una identidad coherente y asumir riesgos en ese proceso.

¿Estamos?

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