• 21/09/2008 02:00

Sobre publicidad y salud

Es aceptable que las instituciones para conservación de la salud y tratamiento a la enfermedad hagan uso de la publicidad blanca para da...

Es aceptable que las instituciones para conservación de la salud y tratamiento a la enfermedad hagan uso de la publicidad blanca para dar a conocer las tareas y actividades que realizan para cumplir sus objetivos. Sin embargo, cuando dicha publicidad es reactiva frente a las críticas fundamentadas a sus máximos rectores, se pierde la esencia del mensaje proactivo y se elevan dudas de la eficiencia de la gestión.

Frente a una a crítica real y contundente rápidamente salen a los medios a realizar un inventario de tareas y actividades que dan respuesta superficial a la crítica realizada. Si hay un aumento de incidencia de mortalidad infantil en zonas indígenas, se publica con prontitud una noticia sobre un acuerdo para mejorar la salud en esas áreas, a sabiendas de que los factores multicausales condicionantes de salud y enfermedad no se solucionan integralmente con tales acuerdos.

Recientemente se informa de una línea telefónica para consulta médica de problemas de salud no complejos, —como si nuestra población tuviese la capacidad para discernir sobre lo que es o no complejo en su salud—. Preferible una lista de ellos. Se indica que detrás de las respuestas a las interrogantes de la ciudadanía hay médicos y paramédicos desarrollando tales tareas.

Creo que debe ponderarse primero el concepto de consulta médica telefónica, pues expertos en la materia cuestionan la validez de dichas consultas. Entiendo que los compañeros paramédicos con responsabilidades definidas tienen una serie de conocimientos aplicables a un área específica de la medicina, y no a su universo. De allí que el personal a dar, lo que yo preferiría llamar orientación y consejería, debe ser médico, idóneo, con una mayor formación académica y, como en otros países, enfermeras capacitadas en esos menesteres y otros profesionales de la salud —farmacéuticos, nutricionista, etc.—.

Se debe recordar el valor de la promoción y prevención en problemas como la obesidad y los eventos adversos de medicamentos, entre otros. Sobre el tema de consultoría telefónica leer el “British Medical Journal”, en su última edición, del 12 de septiembre. Ojalá que este objetivo, a todas luces apreciable, no se distorsione y tengamos resultados opuestos. Creo que el Código Sanitario vigente es claro sobre estos temas. No sé la opinión del Consejo Técnico de Salud.

En esa misma dirección se nos informa de la aprobación de un préstamo de $40 millones para la salud que, según declaran voceros del Ministerio de Salud, tiene como meta mejorar nuestra salud. Sin embargo, los contribuyentes desconocemos el marco de dicho acuerdo. Recordar la experiencia del Chicho Fábrega, ¿millones? Y no es palo porque boga o no, sino el interés de promover mensajes más claros a la comunidad. Al final, cuidado con la publicidad blanca y, sobre todo, la reactiva.

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