Argumentos en desuso

“El fin de la historia” o “el fin de las ideologías”, son frases que no tienen razón de ser, al final de cuentas también están cargadas de ineludibles contenidos ideológicos. Mientras exista el homo sapiens, siempre existirán las ideologías.

En EEUU el debate entre los candidatos a la Presidencia, sus discursos y argumentos, se articulan en torno a ideas y proyectos que, para algunos analista político, se definen como conservador, verbigracia el candidato republicano y su vicepresidenta, y en el caso del adversario demócrata, como progresista y liberal.

En Latinoamérica, el debate derecha o izquierda, si bien no deja de tener vigencia, no constituye o concita la atención y conciencia de los ciudadanos. Imputarle a un partido o a un candidato (a) su afiliación a uno u otro, no tiene mayor incidencia en la definición del voto. El argumento en política electoral de si se es de izquierda o de derecha, no determina el curso o los resultados en una contienda para elegir dignatarios del Estado.

Nuestros pueblos reparan más en la persona del candidato (a), sobre todo la tendencia o la media en nuestra región sugiere e indica que los ciudadanos se inclinan por personas que perciben como de los suyos. Las opciones electorales, pudiendo contener diferencias o matices de naturaleza ideológicas o si se quiere de derecha o izquierda o de centro, o de centro derecha o centro izquierda, dicen representar el mismo conjunto societario, muy a pesar de que para el estudioso de la política y de los problemas de hegemonías, estos matices sí determinan los niveles de proximidad con el pueblo o en su defecto a sectores o fracciones de los económicos dominantes. Sin embargo, lo anterior no hay que entenderlo de manera absoluta, en tanto que el sistema mejor se sirve del que es capaz de generar mayor equilibrio y estabilidad societal. En nuestras democracias representativas-electorales, lo de izquierda o derecha, como argumento está en desuso...