• 24/10/2008 02:00

Tiempos nuevos

Un fantasma recorre el mundo, el fantasma de George W. Bush. Esto fue lo primero que me vino a la mente, parafraseando a los padres del ...

Un fantasma recorre el mundo, el fantasma de George W. Bush. Esto fue lo primero que me vino a la mente, parafraseando a los padres del Socialismo, cuando leí las declaraciones del profesor de economía de la Universidad de Nueva York, Nouriel Roubini, quien calificó al presidente de EEUU, George Bush; al secretario del Tesoro, Henry Paulson; y al presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, de “comunistas”. En forma airada, Roubini manifestó que “los camaradas Bush, Paulson y Bernake” pasarán a los libros de la historia como una troika de bolcheviques que transformaron a EEUU en la Unión de Repúblicas Socialistas de América. ¿Será verdad lo que dice el profesor? ¿Por qué tanto simplismo para analizar acontecimientos tan complejos?

Es un hecho que el mundo está en uno de sus grandes virajes históricos y que la administración Bush ha jugado un papel fundamental, consciente o inconsciente, en los tiempos nuevos que vienen. El “camarada Bush”, como lo llama Roubini ha logrado en ocho años de administración, para efectos prácticos, limitar el poder militar de su país con las intervenciones en Afganistán e Irak, impidiéndole jugar un papel relevante en otros conflictos. Además, en el plano económico, la nación norteamericana está exigida al máximo y en medio de la más profunda crisis financiera de su historia. En el plano político, los errores de la administración Bush han producido una verdadera revolución política, al punto que existe una alta posibilidad de que el próximo presidente de EEUU sea un afroamericano. Toda una revolución es el legado histórico de Bush.

De ñapa, la política exterior de la Administración Bush, enterrada en Irak y Afganistán, ha permitido el avance incontenible de las fuerzas de izquierda en Latinoamérica. Ni todos los revolucionarios juntos de la América India pudieron producir nuevas sociedades izquierdistas después de la revolución cubana. Se está produciendo un cambio geopolítico histórico, en el que el equilibrio del poder en el mundo está siendo alterado irrevocablemente. La era de liderazgo global norteamericano, como lo señala el filósofo político John Grey, que se remonta hasta la II Guerra Mundial, se acabó... el credo de libre mercado estadounidense se está autodestruyendo, mientras los países que han mantenido un control general de los mercados han sido reivindicados.

Los tiempos nuevos que vivimos tienen implicaciones de tanto alcance como la caída de la Unión Soviética y un nuevo modelo de relaciones internacionales está naciendo. ¡Qué simbólico que astronautas chinos realizaron una caminata espacial y científicos de la India enviaron esta semana un cohete no tripulado a la Luna, mientras el secretario del Tesoro norteamericano anuncia una recesión en su país y pide más intervención estatal!

En el mundo no todos comparten estos análisis, pero incluso los pensadores neoconservadores reconocen que un mundo multipolar está surgiendo, aunque quieren que en éste la posición de EEUU sea de liderazgo. Lo importante es que cualquiera sea el análisis, las naciones democráticas necesitan tener una visión más iluminada y generosa de sus intereses que las que tuvieron incluso durante la Guerra Fría. Es importante que los dirigentes de EEUU que reemplacen la administración Bush comprendan que, al ser la democracia más fuerte, no deben oponerse a los cambios, al contrario, deben ser sus líderes. Entre esos cambios está una nueva política de cooperación y respeto hacia América Latina.

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