• 28/10/2008 01:00

Justicia para Carlos Iván Zúñiga

El pasado 16 de octubre, en acto de justicia, la Universidad de Panamá develó una placa en el edificio 11-1, el principal de la Facultad...

El pasado 16 de octubre, en acto de justicia, la Universidad de Panamá develó una placa en el edificio 11-1, el principal de la Facultad de Derecho, en honor al Dr. Carlos Iván Zúñiga Guardia, ex rector magnífico, profesor de la facultad y prestigioso diputado de la Asamblea Nacional en dos álgidos periodos. Como parlamentario gestionó que la facultad contará con edificio propio, cristalizando un largo anhelo de la clase jurídica nacional; como rector impulsó la creación de un tercer edificio para Derecho.

Un joven Carlos Iván fue símbolo de lucha reivindicadora: en la recuperación del Canal, como dirigente estudiantil; y por los indígenas y trabajadores de las bananeras, como abogado de sus sindicatos; eran los tiempos en que la gente de izquierda era respetada. Recuerdo que muchos escuchábamos la Asamblea en el periodo ’64-‘68, en espera de alguna intervención de Carlos Iván, en su segundo periodo como diputado: simplemente era brillante. En el ’68, después del golpe de Estado, fue candidato a la Rectoría de la Universidad, días antes de que fuera clausurada por las turbas militares.

Con sólo 25 años de edad, Carlos Iván grabó su nombre en uno de los episodios más bochornosos de nuestra trayectoria republicana: tras el magnicidio en 1955 del presidente Remón, nunca investigado ergo impune, su sucesor el ingeniero José Ramón Guizado, fue depuesto por la corrupta oligarquía criolla en amañado juicio en la Asamblea. El joven diputado Zúñiga fue uno de los ocho patriotas que votaron en contra de esta oprobiosa decisión: los otros siete, Francisco José Linares, suegro del candidato Ricardo Martinelli; Aquilino Boyd; Juan B. Arias; Antonio Delgado; Tomás Rodrigo Arias; Simeón Conte; y ese gran ingeniero autodidacta, Plinio Varela Arjona. El clamor de Zúñiga en el hemiciclo y lo que luego publicó para la historia, plasman con maestría esa negra mancha en nuestra historia patria.

Además de sus ejemplares ejecutorias como político y abogado, Carlos Iván ha sido estelar en la cátedra de Derecho Penal y el ejercicio de la pluma, con la que ha querido compartir sus valiosos conocimientos. Sus artículos y ensayos periodísticos integrarían un nutrido volumen.

En el acto que la Universidad de Panamá le dispensó, su discurso, por la enfermedad que le aqueja, tuvo que ser leído por su hijo Juan Cristóbal, en compañía de su madre, la fina poetisa y cuentista Sydia Candanedo, y de muchos familiares.

Permanente enamorado de su país y de la vida, Carlos Iván luchará por ellos hasta el último minuto que el Señor le conceda.

Mis felicitaciones a los organizadores de tan significativo evento.

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