• 05/11/2008 01:00

Derecho natural de EEUU...

EEUU invadió Panamá en 1989 y ocasionó la muerte de miles de panameños. EEUU ocasionó una enorme destrucción material e integral sobre n...

EEUU invadió Panamá en 1989 y ocasionó la muerte de miles de panameños. EEUU ocasionó una enorme destrucción material e integral sobre nuestro desarrollo — atrasado e inequitativo — que, sin embargo, era nuestro desarrollo. EEUU produjo una dislocación de la institucionalidad panameña que, no obstante su fragilidad y atraso, era nuestra institucionalidad. EEUU acabó con el sistema político imperante, el cual, pese a sus defectos, vicios y endeblez, era nuestro sistema político.

EEUU trastocó nuestra estructura social, no sólo en un sentido clasista, sino en seguridad pública, pero era, pese a todo, nuestra estructura social. EEUU desmanteló a las Fuerzas de Defensa y las convirtió en Policía, pero esas Fuerzas, pese a violaciones de derechos humanos y responsabilidad en actividades criminales, era nuestra fuerza pública.

EEUU no tenía derecho a destruir y desmantelar nuestro país, Constitución, leyes y vidas. Ese derecho sólo es de los panameños. EEUU venía desestabilizando a Panamá desde 1985 y en violación del derecho internacional. Los gringos siempre han actuado como si tuvieran algún Derecho Natural sobre Panamá, pero lo triste es que muchos panameños se lo han concedido a perpetuidad. Esa potestad omnímoda, ese “mandato divino” desciende directamente de la Doctrina Monroe, del Destino Manifiesto, de la política de EEUU sobre el Canal, de la Diplomacia del Dólar, de la vocación de traición nacional en nuestras élites y de la cobardía de muchos para rechazarla. Por gozar de ese Derecho Natural, EEUU no ha pedido disculpas ni indemnizado por los daños y muertos de la invasión.

Cuando se formó la Cruzada Civilista, quien esto escribe le propuso a algunos de los integrantes de la llamada “clase media” constituir una Cruzada Civilista Popular, pero rechazaron tajantemente la idea. Cuando terceras partes nos invitaron a conversar con los dirigentes de la Cruzada Civilista, éstos se negaron. Lo curioso es que algunos sectores populares tampoco vieron como viable la idea y dejaron todo en manos de la Cruzada Civilista concebida, apoyada, financiada y controlada por EEUU, descaradamente con nuestros propios dineros. Implícitamente le reconocieron el Derecho Natural a Bush. Ello explica que ninguno de ellos le reclame, salvo los sectores populares, responder por la invasión.

Manuel A. Noriega fue el único chivo expiatorio de nuestros “pecados” nacionales y el único que ha pagado por delitos cometidos por él, pero también por muchos personajes de la farándula política que fueron instrumentos conscientes de la intervención extranjera, porque su único dios es el dólar, su único padre es el presidente de EEUU y su única patria está en alguna parte entre Wall Street y Washington.

Por eso, estos personajes antipatria son los primeros en oponerse a que Noriega regrese a Panamá: no quieren enfrentar sus culpas y lo poco que les queda de vergüenza. A raíz de la aprobación del Artículo 136 de la Constitución de 1904 (llamado “Clásula Amador Guerrero”, porque fue él quien la propuso), que permitía la intervención militar de EEUU en cualquier punto del territorio nacional, los patriotas de entonces exclamaron:  “¡Hemos renunciado al sagrado derecho de matarnos!”. A raíz de la invasión, la casta depredadora que nos acogota ha renunciado a la soberanía, a la dignidad nacional y a todo aquello que convierte a un pueblo en Nación. ¡Felices Fiestas “Patrias”!

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