• 08/11/2008 01:00

Hacia una economía social

¿Basta el crecimiento económico? ¿Y de quién? El progreso material de inteligentes empresarios locales e inversores extranjeros tiene qu...

¿Basta el crecimiento económico? ¿Y de quién? El progreso material de inteligentes empresarios locales e inversores extranjeros tiene que traducirse en responsabilidad social. El comercio, la banca, la distribución, deben seguir igual objetivo. Lejos de especulaciones, coimas, sobreexplotación y bajos salarios. Eso no es leal ni con el país, ni con sus trabajadores y usuarios. La justicia legal, así como la social, es básica para la paz, la estabilidad y el progreso. La impunidad viola la seguridad jurídica, no sólo de los derechos mercantiles, sino de los derechos humanos.

En este marco, las inversiones importadas han sido bienvenidas en nuestros países, pero no es cuestión de empeñar, vender o regalar el país. No puede ser “pro mundi beneficio”. Las concesiones, contratos y licitaciones internacionales deben tener un profundo sentido nacionalista. La apertura al exterior, que debe ser amplia, debe ser para el desarrollo del país. No sólo es usar nuestra posición geográfica, recursos naturales e instalaciones existentes.

Ese entreguismo que ha sido práctica antigua, ahora ha alcanzado niveles insólitos. Pero, ¿por qué estas conductas anti panameñas? Por la avaricia, el individualismo, la falta de escrúpulos y valores. Sí, por la pobreza, la ignorancia, pero no sólo del pueblo, sino por las ambiciones descontroladas, la falta de conciencia nacional y social, de muchas autoridades gubernamentales que han desprestigiado el nombre de “políticos”. Hoy los pueblos se rebelan, se levantan contra este estado de cosas. La corrupción, la ineficacia de grupos políticos, más bien de mercantilistas, ha deformado el concepto de política ideológica para transformarla en un negocio. Y ya obreros, profesionales y líderes comunales están dándole un sentido más humano, honesto y efectivo a la administración política. Los caminos no han sido uniformes.

Algunos países han sido radicales, hasta armados, están tomando acciones muy enérgicas para lograr equidad, distribución armónica de las producciones, sobre todo de explotaciones extranjeras. Que cuando involucra soldados corre el riesgo del autoritarismo. Siendo talvez la defensa frente a la agresividad de las esferas económicas reaccionarias. Y trae el lastre de dividir a los pueblos, lo que es muy traumático. Otras más serenas y maduras o que ya pasaron por dictaduras avanzan con paso firme en un camino socializante, aún difícil para los pueblos.

Ese panorama, trágicamente para el continente, tiene raíces en el libertinaje del mercado globalizado inventado por las organizaciones monetarias transnacionales, que han arrastrado al mundo con estrategias económicas de monopolio del dinero y la tecnología. Que en vez de utilizarlo para la producción de salud, alimentos y globalizar la educación, lo invierten en controlar países, aún con guerras inventadas; turbios, manipulados o falsos manejos financieros. Ahora recapacitan y buscan la ayuda de los Estados, que en vez de refinanciar un sistema colapsado, deshonesto, anti-ético, injusto de acelerados crecimientos de algunos, tiene más bien que regular, humanizar los recursos nacionales en beneficio de las sociedades. Aún en el Norte las cosas están cambiando. Pero aún los OCDE, FMI, BM, G-7, etc., y los grandes consorcios internacionales no captan que el sol brilla para todos. Que no es posible dejar a la humanidad postergada en el hambre y la pobreza. Que la libertad, la paz, los valores, la educación, la justicia y el amor tienen que ser para todos.

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