• 09/11/2008 01:00

Ganancias vs. derecho a la vida

Los seres humanos nos hemos preocupado por satisfacer las necesidades materiales. Por su parte, nuestros aborígenes sostuvieron una rela...

Los seres humanos nos hemos preocupado por satisfacer las necesidades materiales. Por su parte, nuestros aborígenes sostuvieron una relación armónica con la naturaleza (utilizaban lo estrictamente necesario). Cuando transitamos del comunismo primitivo a la sociedad de explotación, este orden armónico con la naturaleza comienza a trastocarse, hasta llegar al punto de su negación bajo el capitalismo en su lógica neoliberal.

Resulta, que bajo la globalización neoliberal ya no se produce para satisfacer las necesidades materiales de vida, sino para la obtención de la máxima ganancia, la cual demanda del pleno uso de los recursos para alcanzar el óptimo y la eficiencia económica. Esta lógica, que cada vez más se muestra como una gran falacia, es la que esgrimen el gobierno y los empresarios.

Por ejemplo, las inundaciones en la capital se deben a los intereses de las empresas constructoras, quienes literalmente hacen “lo que les da la gana”, con el silencio y complicidad de las autoridades. Lo mismo ha sucedido en el interior, donde ante los proyectos hidroeléctricos, comunidades se han visto inundadas. Igual sucede con la contaminación de ríos, playas y lagos, producto de la actividad económica indiscriminada que lesionan el ambiente, tal es el caso de las concesiones para exploración y explotación minera.

Otro hecho, es la “siembra” de antenas de telefonía celular en áreas residenciales. Pese a las disposiciones nacionales y las restricciones internacionales, por los efectos que estas antenas puedan ocasionar sobre los seres vivos, el gobierno del PRD ha otorgado contrato a dos empresas para la instalación de mil antenas; sin la consulta previa a las comunidades, tal como establecen las leyes, y sin un cuestionamiento de las autoridades que deben velar por la salud y el ambiente. Situación similar, con el proyecto de ampliación del Canal, el cual prioriza el recurso hídrico para el comercio mundial, aún cuando en el país el 11% de la población no tiene acceso al agua potable.

Además, mientras la Coordinadora de Lucha por el Respeto a la Vida y la Dignidad del Pueblo, presentó tres proyectos de ley ante la Asamblea de Diputados, exigiendo aumento de salario y pensiones, disminución-congelamiento-control de precios de los artículos y servicios de primera necesidad, entrega de las partidas del XXIII mes que adeuda el Estado, no privatización de la salud y la educación; la respuesta de este Órgano Legislativo (del cual muchos miembros aspiran a la reelección), es la desatención a las demandas sociales de la población y la defensa de la postura empresarial. Para garantizar ello, reafirman la postura del Ejecutivo en la remilitarización del país.

Es decir, lo que ha venido demostrando este gobierno, la oposición burguesa y la patronal, es su defensa a la acumulación capitalista (máxima ganancia) y a favorecer un proceso de mayor explotación a la clase obrera (reducción del salario), lo que atenta contra el derecho a la vida de los panameños. Frente a ello, los sectores populares tenemos que organizarnos y fortalecer nuestros niveles de lucha. Es imprescindible que no nos dejemos atrapar por el carnaval electorero. Se amerita que construyamos Poder Popular para llamar a una Constituyente Originaria, que refunda la República, para alcanzar el Otro Panamá Posible.

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