• 13/11/2008 01:00

Los superhéroes que yo conozco

AMANECE Y ES OTRO DÍA. Otro día de misiones, el periodista llega al trabajo y le asignan sus labores, de inmediato se coloca su carnet ...

AMANECE Y ES OTRO DÍA. Otro día de misiones, el periodista llega al trabajo y le asignan sus labores, de inmediato se coloca su carnet que dice “prensa”, y se convierte en superhéroe.

Misiones tan complicadas y riesgosas como las de Superman, El Hombre Araña o Batman, todas guiadas a defender al mundo de los villanos, aunque le cueste la vida.

Con su carnet de prensa, que es un pasaporte para acercarse a intelectuales, presidentes y delincuentes, el trabajador de la pluma, diariamente se enfrenta al peligro, a la intolerancia, a la demagogia, a la prepotencia, a la pobreza, a los disparos y en algunas ocasiones hasta a las golpizas de la policía.

Sus superpoderes se transmiten principalmente por medio de una pequeña libreta, un celular con limitados minutos y su poderosa pluma de 25 centavos que puede adquirir en cualquier tienda de chino.

Suficientes armas para descubrir la maldad, el robo, el plagio, el narcotráfico y otros delitos de los malvados del mundo.

Es el único superhéroe que tiene jefe; que es demandado, que gana enemigos gratuitamente, que es amenazado, mal pagado (a pesar de que está alerta 24 horas), que es discriminado y algunas veces hasta leyes acallan sus luchas.

Ante todas estas circunstancias, este héroe del mundo real, es amante de la verdad, fiel creyente de la justicia y la libertad, código de ética infranqueable para su trabajo.

Ríe y se siente orgulloso cuando tiene una primera plana y llora de emoción cuando ayuda al desafortunado.

Estas dos últimas emociones son las que más disfruta. Debe conocer de política, de deportes, medicina, astrología y hasta de los dioses del Olimpo.

Este raro espécimen de la sociedad, está en todos los desastres naturales, en todas las guerras, en todas elecciones, disturbios y aún con el nerviosismo y presión del tiempo debe empuñar su pluma para escribir con el mayor equilibrio posible.

Hoy día del periodista, sentado junto a mis compañeros ante algo parecido al “salón de la justicia”, pongo en balanza penurias y gratificaciones, y llego a la conclusión que no he podido elegir mejor profesión, no es que me sienta un superhéroe, sino que sencillamente prefiero no callar ante la maldad y el atropello.

He entendido que ser un vigilante de la sociedad, es algo así como convertirse en un paladín de la justicia, y no puedo estar más orgulloso de ello.

A todos esos colegas que pertenecen a la Liga de la Justicia, Feliz Día del Periodista.

-El autor es editor de La Estrella Online.nfrias@laestrella.com.pa

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