• 16/11/2008 01:00

Un profeta incomprendido, Carlos Iván Zúñiga G.

Hace unos años atrás, conversando con el Lic. Sergio Zúñiga Candanedo, hablamos de la idea de hacer un libro, una parte biográfica y otr...

Hace unos años atrás, conversando con el Lic. Sergio Zúñiga Candanedo, hablamos de la idea de hacer un libro, una parte biográfica y otra de comentarios y entrevistas sobre la vida del Dr. Carlos Iván Zúñiga Guardia. Por razones diversas, aunque comenzamos, pospusimos el proyecto para otra ocasión. Hace unas horas me enteré de la noticia del deceso, a mi juicio prematuro, del Dr. Carlos Iván Zúñiga Guardia.

Son muchos los recuerdos que vienen a mi mente, desde su participación en la creación de la Federación de Estudiantes de Panamá y el Frente Patriótico de la Juventud en los 40 y 50; así como su lucha como diputado por los mejores intereses nacionales; como abogado del Sindicato de las Bananeras en Puerto Armuelles y sus vibrantes y enjundiosas intervenciones en los juicios a José Ramón Guizado y Marcos Aurelio Robles. Al igual que sus advertencias en el Movimiento de Abogados Independientes sobre los Tratados Carter-Torrijos y la neutralidad permanente en manos del ejército norteamericano.

Tuve la oportunidad de estar a su lado en la fundación primero del Movimiento Independiente Democrático (MID) y luego del Partido Acción Popular (P.A.P.O.), junto a una pléyade de ciudadanos y ciudadanas que buscábamos un Panamá distinto al anterior a 1968 y al posterior a la llegada de los gorilas al poder desde esa fecha. Cuando nadie aquí creía en Asamblea Constituyente, fue el Dr. Zúñiga Guardia, quien levantó la voz para que el pueblo mismo fuera arquitecto de su propio destino, por encima de cúpulas partidistas y poderes económicos coyunturales.

Recuerdo 1984 y el debate en la Universidad de los candidatos presidenciales y esas palabras del Dr. Zúñiga Guardia diciéndole al candidato de los cuarteles, Ardito Barletta, que trajera al general Noriega a un debate sobre el futuro del país. Y su sugerencia de sacar un pañuelo blanco, en los 80, en la lucha civilista contra los compinches del PRD y el militarismo rampante, que hoy se vanaglorian en el actual gobierno.

Vienen a mi mente muchos recuerdos de la verticalidad y honestidad de una persona que no fue comprendida en su lucha reivindicativa por una democracia real, participativa, cuestionadora, crítica e impregnada de los claros valores nacionales. Pero... no aró en el mar, pues dejó sembrada una semilla de lucha contra la adversidad autoritaria y un homenaje de inclaudicable persistencia en la lucha por valores democráticos y por avenidas de justicia social y progreso para los más necesitados.

Hoy, a su esposa y compañera fiel, la Profesora Sydia Candanedo de Zúñiga y sus hijos, me permito acompañarlos en este momento de pesar, con resignación cristiana y la esperanza de que las ejecutorias y esfuerzos de Carlos Iván serán justipreciados por las presentes y futuras generaciones.

-El autor es abogado y profesor universitario.villasoc@yahoo.es

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