• 03/02/2009 01:00

Desperdicio de los inútiles

¿Cómo entendemos la bondad del narciso, el avaro o el egoísta? ¿Qué inteligencia moverá al que se alaba siempre y solo así mismo? ¿Qué b...

¿Cómo entendemos la bondad del narciso, el avaro o el egoísta? ¿Qué inteligencia moverá al que se alaba siempre y solo así mismo? ¿Qué bondad manifiesta quien se mofa de la ignorancia ajena y le llama a “participar en la gestión de migajas” mediante cabildo abierto, mientras gobierna a obscuras con decretos antidemocráticos y contrarios al querer popular precisamente en asuntos importantes a todos?

La diatriba radica en que tanto gobernantes como gobernados piensan y actúan de modo igual. Prefieren el consumismo desmedido, el derroche de lo que no nos pertenece, del baile y el festejo en la ignorancia verosímil de las vacas gordas, aportando absolutamente nada a resolver los problemas cardinales de nuestra sociedad, dándole la espalda a la planificación del futuro nacional.

Triste es ver el daño que se le causa a la moral de nuestros ciudadanos con conciencia, quienes nos allanamos aún más a la desesperanza de lograr un mejor Panamá, al ver cómo un grupo que desplaza a otro del poder político por que no funcionó, luego hace exactamente lo mismo o peor. Es un pueblo pobre, impotente y estafado.

Con cada quinquenio derrochado no solo se desperdician millonarios recursos mientras se enriquecen quienes ya lo están, se elogia la impunidad y se desprecian las virtudes y el buen ser, se sacrifican los valores y trauman la moral ciudadana.

¿Qué aprendimos de las maldades “mireyadas” , cuando las de hoy, de inmensas se tornan peor? Como diferencia, aquella nada ofreció y por ello ni siquiera enfrentó un debate. Nada que plantear su cabeza ofrecía. Jean Jaques Rousseau decía “el hombre en su ignorancia es por naturaleza malo, ¿cómo sería si hubiese nacido sabio?”

Hoy escuchamos de la crisis financiera internacional, de la Cumbre de los 20 donde se invita a las nuevas economías emergentes y se pondera el desarrollo industrial de Brasil, México, India, Sudáfrica, y otros. La pregunta es ¿qué ha hecho Panamá de los suyos?

Una economía con alto crecimiento sostenido en su región, pero endeudada hasta el tuétano por simple corrupción, con un analfabetismo funcional creciente, acompañado causalmente de delincuencia multilateral e impunidad lego-procesal que de la mano van.

El autor es abogado. Jcpastor1622@hotmail.com

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