• 06/02/2009 01:00

El tren de Barack Obama

Como culminación de la inteligente campaña desarrollada por Barack Obama, se llevó a cabo un ingenioso viaje por tren desde Springfield,...

Como culminación de la inteligente campaña desarrollada por Barack Obama, se llevó a cabo un ingenioso viaje por tren desde Springfield, Illinois, hasta Washington, DC, en donde tomaría posesión como el 44° presidente estadounidense. El viaje rememoraba el realizado 138 años antes por Abraham Lincoln, para ser juramentado, igualmente, como presidente. Lincoln es reconocido como el emancipador de los esclavos, al suprimir el ignominioso sistema, vigente entonces. Obama se autopresenta como el nuevo Lincoln, el emancipador de los oprimidos; una imagen dibujada por su condición de mulato y que lo identifica con los sufridos y los marginados del país y del mundo. También pretende encarnar al héroe de los derechos humanos y premio Nóbel, Martin Luther King.

En su columna en “Democracy Now en español”, La periodista Amy Goodman, en ( spanish@democracybnow.org /22-01-09) escribe sobre el viaje y cita a Obama, quien dijo: “A los niños que escuchan el silbato del tren y sueñan con una vida mejor: por ellos luchamos”.

Una expresión dirigida, obviamente. a todos los niños del mundo, escuchen o no el silbato del tren, pues basta que pudieran soñar con una vida mejor.

¡Cuánta falsedad, astucia y cruel malicia en sus palabras! Pocos días después, el flamante presidente revirtió una ley que impedía la asignación de fondos a los programas promotores del aborto en los países pobres, Es la conocida Ley Ciudad de México, llamada así porque negaba fondos a los programas de aborto en ese país y en otros.

Al eliminar la ley, el presidente Obama ponía en manos de esos programas cientos de millones de dólares; ello, ¡en medio de la más grande crisis económica del país! Esta acción seguía a otras: nombramientos de conocidos abortistas y asignación de mayores fondos a los programas antivida.

Lo más triste e irónico de estas medidas es que los programas antivida se dirigen, principalmente, contra la población negra y mestiza del propio y de otros países; algo que, al parecer, no le quita el sueño al presidente Obama.

La acción del mandatario ha provocado censuras (Aunque, no de parte de la “gran prensa”, que lo apoya sumisamente), y ha sido criticada por organizaciones provida en numerosos países.

El obispo John McCormack, de Manchester, EEUU, señaló que “El Cambio se manifiesta maravillosamente en el hecho de que Barack Obama sea el primer presidente afroamericano en nuestro país. Que ahora el Cambio llegue a la actitud del país hacia la vida humana; de modo que se incremente el respeto hacia la vida humana, desde la concepción hasta la muerte natural”. (CNA/16-01-09)

El comportamiento de Obama no sorprende. Había expresado su posición favorable al derecho a “escoger” ( pro choice ). Según él, la mujer tiene el derecho de escoger, tanto el color de sus vestidos y la ropa interior, como el asesinar al ser humano que lleva en el vientre. Ni más ni menos.

Quizá Obama debería reflexionar sobre el ejemplo que dio al mundo su propia madre, esa extraordinaria joven que luchó duramente, como madre soltera, para darle educación, y sobre todo meditar en el ejemplo dado al optar por la vida cuando quedó embarazada.

- El autor es comunicador social. miguelespinop@hotmail.com

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