• 08/02/2009 01:00

Los textos escolares

El domingo 21 de diciembre de 2008, publicamos en la Sección de Opinión de este periódico, un artículo titulado ¿Aló?, señor ministro!, ...

El domingo 21 de diciembre de 2008, publicamos en la Sección de Opinión de este periódico, un artículo titulado ¿Aló?, señor ministro!, exponiendo nuestra experiencia como escritor y autor de un texto escolar, adicionalmente explicando los llamados "libros complementarios o textos escolares" y su uso sin control por parte del Ministerio de Educación, así como el irregular negociado que se está dando en la utilización, compra y venta de este material didáctico.

El artículo se explica por sí solo y mostraba las irregularidades anotadas anteriormente y sobre todo la "falta de publicación del listado de los textos aprobados por el Ministerio", permitiéndose el uso de libros no autorizados por la entidad rectora de la educación. Ahora debemos agregar otra característica antieducativa de la gran mayoría de estos, llamados textos escolares.

Se ha establecido desde hace algunos años la utilización de un "formato", muy particular, que los convierte en "libros o textos de figuritas y dibujo" (algunos horribles, pésima presentación, etc, etc.). Resulta que el 80% del material lo componen estas figuritas y dibujos atroces; el 10% títulos con grandes letras y un 10% de material didáctico.

Adicionalmente, los autores los han convertido en sus textos de uso anual. Al término de una lección, agregan una página con preguntas para ser contestada por el propio alumno, lo que significa que si el niño o joven tiene un hermano que próximamente cursará ese grado o año, su padre tendrá que comprar otro, a pesar del mejor uso y cuidado que le hayan dado. Ya él lo utilizó y punto.

Los textos impresos en el extranjero, al ser sometidos a la evaluación del Ministerio, deben recibir ajustes en su contenido, pero no los corrigen y son vendidos como "aprobados por el Ministerio". ¿Quién le pone el cascabel al gato? ¿Cuándo las autoridades de educación van a realizar una investigación o revisión de los textos que actualmente se usan y que estén ajustados a las normas didácticas para la enseñanza en Panamá? ¿Cuándo van a suspender el negociado que pueda caber por la existencia de varios textos sobre la misma materia y grado, escritos por diferentes autores y casas editoriales, al tener la dirección del colegio o escuela y los maestros o profesores la potestad de decidir qué texto se usará en determinado claustro educativo?

Los únicos "paganinis" o perjudicados son los padres de familia, que anualmente tienen que comprar a sus hijos el mismo libro cuando cursan un grado, porque ya fue usado por su hijo mayor. El Ministerio de Educación debe responsablemente proceder a la reorganización del uso de los textos complementarios o escolares, normando una diagramación que aporte mayor conocimiento al estudiante, e ilustrarlo adecuadamente sin que sean unos "paquines de tiras cómicas". Lo único que le falta a estos "famosos textos" es agregarles "crucigramas o las llamadas "Sopas de Letras" para encontrar la palabra correcta y creo que lo pueden hacer en las páginas de "Preguntas y respuestas"

Si el Ministerio de Educación quiere transformar la enseñanza, debe controlar el modelo, tipo y clase de libro para uso en la educación panameña.

- El autor es historiógrafo y escritor. escritoramador@gmail.com

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