• 11/02/2009 01:00

Educación descentralizada

De nuestro actual ministro de Educación escuchamos algunos avances en los resultados de un proyecto que implica un mayor número de horas...

De nuestro actual ministro de Educación escuchamos algunos avances en los resultados de un proyecto que implica un mayor número de horas presenciales de los educandos en los centros educativos. Los resultados han sido positivos; ciertamente que por ahí ha venido el problema de la educación en Panamá, de aquella desconexión de nuestros jóvenes por esa pasión colegiada, educativa, social, constructivista. De aquella mística perdida de la pertenencia a un grupo social donde trabajamos, progresamos y nos proyectamos.

Todos esto tiene que ver con el aprendizaje de lo fundamentalmente social; lo contrario son precisamente las conductas antisociales que hace décadas vienen ganándole terreno a la decencia.

¿Cuál es el trabajo integral que hemos venido perdiendo en nuestros centros educativos? Precisamente ese, el más sencillo y principal: la convivencia social que implica aprendizaje y requiere trabajo y moral.

Durante décadas en Panamá se ha despreciado la valiosa energía de nuestra juventud sin ocupaciones, y ello explica la alta delincuencia y desmoralización que venimos afrontando. Mientras los políticos se disputan el poder entre millonarios subsidios estatales y bochornosas donaciones secretas, nuestra sociedad se enrumba hacia el caos social que aquellos afirman poder rescatar oportunamente. Una sociedad malvada solo cosecha consecuencias similares.

Nuestra juventud no nació mala y, muy al contrario, sencillamente reacciona frente al entorno que enfrenta. Si creemos en ello, la tarea exige coherencia; así tenemos que la estructura centralizada de poder, la dirección inconsulta, la desidia y otros esquemas no son compatibles para resolver un problema tan delicado como la personalidad y decisiones de nuestros hijos.

Veo en estos estudios algunas cosas que tanto mi experiencia de niño a hombre, como el sentido común apuntan, junto a situaciones comparadas, y es que llevamos un rumbo absolutamente equivocado. ¡Suelten a la juventud!

- El autor es abogado. jcpastor1622@hotmail.com

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