• 14/04/2009 02:00

‘El pez muere por su boca’

Qué sabios los dichos populares que esgrimía mi recordada madre, para dar una explicación con relación a algún suceso o situación del mo...

Qué sabios los dichos populares que esgrimía mi recordada madre, para dar una explicación con relación a algún suceso o situación del momento. No es de su autoría el refrán que titula el escrito, pero ella se apropiaba de ellos, lo que obligaba a sus oyentes a reflexionar y hacer largas pausas.

“El pez muere por su boca”, indica que los seres humanos debemos tener mucho cuidado con las palabras que salen de nuestra boca, no sea que un día veamos que regresan como bumerán.

Pudiésemos sistematizar una larga lista de personalidades de la farándula y la política, que en la cima de sus carreras esgrimieron frases y discursos llenos de arrogancia, y que posterior y curiosamente devinieron en catástrofes o en el peor de los casos, perdieron la vida.

Tancredo Neves, en una ocasión en una campaña política en Brasil, dijo que “si obtuviera 500 votos de su partido (PDS) ni Dios lo quitaría de la Presidencia”. Los votos los obtuvo, pero su trono le fue quitado un día antes de su posesión.

John Lennon dijo, en una entrevista a una revista americana: “el Cristianismo va a acabar, va a encogerse, desaparecer”. Dijo además: ”Yo no preciso discutir sobre eso, estoy seguro de ello. Jesús fue bueno, pero sus disciplinas muy simples. Hoy, nosotros los Beatles somos más populares que Jesucristo” (1966). Después de haber dicho que los Beatles eran más famosos que Jesús recibió cinco tiros de un seguidor.

Acá, en Panamá, el hecho más reciente es el del candidato a alcalde Bosco Vallarino, envuelto en una pesadilla que él mismo se construyó; recientemente externó a la reportera Margie Trejos del tabloide El Siglo (jueves 2 de abril de 2009, página 12) muy orgulloso por cierto, que poseía nacionalidad estadounidense.

La entrada de la noticia se reseñaba de la siguiente manera: “El candidato a la Alcaldía capitalina, Bosco Vallarino, confesó ser gringo. Así como lo leen, tiene nacionalidad estadounidense y se siente orgulloso de ello. Señaló que él no tiene conocimiento de que sea un delito tener dos nacionalidades e incluso lo consideró como un privilegio”.

Las reacciones a esta confesión, que medio Panamá desconocía, no se dejaron esperar. Hoy, el afectado para enmendar su error trata de culpar a otros de su desacierto especialmente al Partido Revolucionario Democrático; su ingenuidad política lo lleva a desconocer que su propia gente lo está negociando.

La confesión del señor Vallarino da tristeza, no sólo culpa al PRD, sino que también trata de echar mano de la doctrina Suárez, documento del cual sospecho firmemente que este aspirante a burgomaestre nunca en su vida lo había escuchado y mucho menos leído. Así las cosas, debemos recordarle a Mr. Vallarino que “Roma paga a sus apóstatas, pero los desprecia”.

-El autor es periodista y analista político.fdemen@yahoo.es

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