• 26/04/2009 02:00

El chamanismo de Evo Morales

El presidente de Bolivia, Evo Morales, ha logrado que las Naciones Unidas declaren que de ahora en adelante el 22 de abril se celebrará ...

El presidente de Bolivia, Evo Morales, ha logrado que las Naciones Unidas declaren que de ahora en adelante el 22 de abril se celebrará como el Día Internacional de la Madre Tierra. La resolución, que él mismo presentó a la Asamblea General de la ONU fue aprobada por aclamación. Y hasta aquí todo el mundo contento.

Porque, claro, quién no es ecologista en estos días. No parece mal que se celebre el Día de la Tierra y que todos hagamos los esfuerzos que sean necesarios para preservar nuestro planeta de los peligros que galopan sobre ella: el conjunto de meteoros del cambio climático, la deforestación y desertización, la contaminación, en fin..

Sin embargo, fue después de haber logrado la aprobación de su propuesta que Evo Morales presentó la fundamentación de la misma. Y lo sorprendente es que en un continente de mayoría católica, es más, en el continente más cristiano del mundo, Evo fundamentó su ecologismo en una visión pagana del hombre y el cosmos basada en las antiguas religiones animistas de América.

Sin duda, la explicación de esto se encuentra en el hecho de que el mismo presidente Morales es indígena. Y por más simpatía que nos procure Evo, y por más deseo de protección que él y nosotros mismos tengamos con respecto a las culturas autóctonas de América, y aún considerando que en Bolivia hay una gran población indígena el hecho es.. que el mundo, en su mayoría, no es animista, ni chamán, ni amerindio.

Ahora voy a hacer unas consideraciones desde la filosofía cristiana y después veremos algunas consecuencias de lo que pide Evo a la ONU.

"Ha llegado el momento de reconocer que la Tierra no nos pertenece, sino que nosotros pertenecemos a la Tierra", dijo Evo. Para el cristiano, la Tierra si pertenece al ser humano, pero eso no significa que pueda o deba destruirla. Es obligatorio cuidar de ella por atención a los demás seres humanos. Pero no porque los animales o las cosas inanimadas tengan derechos sobre los del hombre o paralelos a los del hombre. En la fe cristiana, el hombre es el rey de la creación y puede usar de animales y cosas, pero con responsabilidades. Una declaración de Derechos de la Tierra puede malentenderse como una subordinación del hombre a las cosas, y en última instancia puede constituir una subordinación deshumanizante.

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