• 17/05/2009 02:00

¿Hubo necesidad?

Es la pregunta que nos hacemos muchos, especialmente los que mantenemos cierto nivel de cordura y decencia. ¿Hubo necesidad de tanto tra...

Es la pregunta que nos hacemos muchos, especialmente los que mantenemos cierto nivel de cordura y decencia. ¿Hubo necesidad de tanto trapo sucio, de tanta verborrea, de tantos ataques y sacaderas de tablas? Me refiero a la reciente campaña política, que además de larga fue desgastante, descalificadora, poco edificante y nada positiva para construir un mejor país. Dirían los expertos en comunicación que no somos políticamente cultos.

La gestión del presidente Torrijos caduca en menos de cuarenta y cinco días. Era casi un hecho que en Panamá apostamos a la alternancia del poder y el gran fenómeno fue que el mismo no recayera en uno de los dos partidos tradicionales —si no mayoritarios— que a la fecha han practicado esto. No voy a entrar en detalles estadísticos ni en sumatoria versus votantes. Lo importante es seguir avanzando y mantener el ritmo de crecimiento que llevábamos. Tampoco voy a cuestionar los nombramientos hasta ahora hechos, porque a todos les doy el beneficio de la duda. Sí debo referirme a la tendencia que muestra el gobierno por asumir.

Es obvio que la parte económica y financiera va a estar bien enfocada, así como los aspectos de seguridad y las relaciones internacionales. Los funcionarios designados van a tener que ser coherentes con las promesas de campaña, lo que en algunos casos será difícil de cumplir. En el aspecto de infraestructura y obras, no puedo emitir una opinión cuando no conozco a las personas que dirigirán este importante rubro, pero insisto en que hay que mantener la báscula en equilibrio, para que no venga una debacle. En la salud pareciera que la gripe nos está enseñando a estar preparados, pues hemos podido reaccionar rápidamente, porque ya se estaban haciendo estudios sobre la mutación de los virus.

Preocupa que los aspectos ambientales no sean prioridad para el presidente designado. Creo que esto es imperdonable, especialmente porque los próximos años son clave para este tema. Y en lo cultural, social y educativo, las señales son un poco contradictorias, porque pareciera que se dejará en manos de líderes mediáticos la orientación de valores vitales cuya ausencia ha erosionado nuestra identidad o a circunscribirse a actos caritativos. A falta de una política cultural pasarán a ser sueños imposibles un cambio de actitud en el manejo, reducir el nivel de ruidos, adoptar la cortesía y matizar la hostilidad rampante. Y esto parece que será a todos los niveles, desde el municipal hacia arriba.

Amanecerá y veremos. La transición parece desarrollarse con gran cordialidad. Y las reacciones no se han hecho esperar, sorpresas y halagos de parte de los designados para con sus predecesores. Enhorabuena. No hay tiempo para revisar lo bueno, simplemente, como en el relevo olímpico, tomar la antorcha y seguir la carrera.

Lamentablemente, uno es amo de sus silencios y esclavos de sus palabras. Todo lo dicho, ventilado, amenazado y vituperado en campañas queda allí, para algunos con grandes resentimientos y dudo que para otros olvidado y sepultado. En silogismo con las campañas de antes, no quedó reputación de mujer incólume ni masculinidad cuestionada. Dimos muy mal ejemplo para las generaciones que nos pisan los talones, ahora toca dar ejemplo de gobernabilidad y de entereza, de unos y de otros.

-La autora es arquitecta y ex ministra de Estado.marielasagel@gmail.com

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