• 24/05/2009 02:00

Cuidado con lo que se dice

Una de las posesiones humanas más poderosa es la palabra. Ella tiene el poder de construir, alcanzar, crear y amar, así como de demoler,...

Una de las posesiones humanas más poderosa es la palabra. Ella tiene el poder de construir, alcanzar, crear y amar, así como de demoler, rechazar, excluir, perjudicar y destruir. Mal intencionadas producen sentimientos firmes que continúan reverberando en nuestra mente y constituyen una de las mayores tragedias humanas.

Quiero ligar lo anterior al escenario político, porque pareciera se ha llegado a la “normalidad” después de una campaña electoral dramática; sin embargo, podría decirse que se siente en el ambiente cierto descontento y mal manejo de parte de los que sintieron la derrota, algo natural, si lo analizamos desde el punto de vista de la conducta humana.

En los partidos políticos hay errores y deficiencias y sus dirigentes deben estar en condiciones de descubrir la raíz de los males y tomar decisiones para corregirlos y prevenir en la medida de lo posible su recurrencia. Pero hacer un festín mediático de estos errores no es conveniente; y, duele cuando sus miembros principales martirizan sus diferencias ante los medios, aparentemente buscando protagonismo y poder absoluto.

En la vida hay que estar preparado mentalmente para asimilar tanto la derrota como la victoria, sobre todo, si se asumió un papel protagónico ante miles de personas.

Mediante la palabra respondemos en forma negativa o positiva a otros, porque ella representa la constelación de pensamientos y sentimientos respecto a los demás. En este tenor, al inicio de la transición pude observar las mejores relaciones entre el gobierno actual y los que próximamente regirán los destinos del país. Una situación bastante sosegada desde el punto de vista de las buenas relaciones personales.

Sin embargo, la luna de miel parece haber terminado cuando de repente salen a la luz pública declaraciones no muy apropiadas de algunos de los integrantes del nuevo Gabinete: desde amenazas de despidos, represión a los cierres de calles, desacuerdos en la Carrera Administrativa e insatisfacción con el presupuesto, debido a la falta de una información adecuada. Intransigencia y nombramientos carentes de sentido y expectativas muy altas, aunados a esas declaraciones podrían estar produciendo inquietud y desaliento en los panameños.

No existe una palabra lo suficientemente amplia como para abarcar la magnitud de un ser humano. Con frecuencia nos insensibilizan y pueden paralizar nuestros sentidos y mejores instintos. Son trampas que nos llevan a la apatía al usarlas de forma hiriente y destructiva. Bajo esta premisa, quiero referirme a algunos presentadores y conductores de programas de televisión y radio, así como de algunos medios impresos sobre los cuales me llama la atención que después del 3 de Mayo continúan reverberando en la mente situaciones chocantes producto de un proceso electoral en que la danza de los millones fue la tónica, y la maldad asumió un liderazgo importante.

De los medios de comunicación esperamos escuchar y leer con interés los sucesos del día, comentarios y análisis desapasionados con la esperanza de saber un poco más. Definitivamente todo buen periodista es un gran educador. Gran responsabilidad tienen frente a la sociedad y frente a las nuevas generaciones, pues, es modelo y punto de partida para la concepción del mundo y de la vida.

Debemos comprometernos a vivir y a trabajar siempre los unos por los otros, y nunca los unos en perjuicio de otros.

-La autora es especialista en la conducta humana.gemiliani@cableonda.net

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