• 18/07/2009 02:00

No violencia en el cambio

¿Cómo evitar la violencia? ¿Cuáles son algunas de sus causas?. La violencia que ha sufrido la población: el desempleo, la pobreza, la i...

¿Cómo evitar la violencia? ¿Cuáles son algunas de sus causas?

La violencia que ha sufrido la población: el desempleo, la pobreza, la inadecuada educación, la incultura, las injusticias sociales, los monstruosos modelos dictatoriales, el narcotráfico y el tráfico de armas militarista, los estilos de vida consumista frívolos e importados y muchas más.

Como difusores del uso de las armas y la agresividad también hay que mencionar la publicidad engañosa y tóxica social, los noticieros amarillistas, las escenas guerreristas y las novelas y series televisivas con contenidos violentos y promocionadores de actitudes hostiles, alejados de la convivencia pacífica de la sociedad. Las posibles razones son múltiples y en diferentes sectores”.

La familia, la sociedad, la empresa privada, el Estado, los medios de comunicación masiva y al final todos tenemos parte de responsabilidad.

Pero lo esencial es reconocer nuestra incapacidad en encontrar soluciones y dedicarnos cada quien en su área a participar para iniciar las tareas de resolver esta patética y trágica realidad.

La falta desarrollo y la injusticia social, la impunidad, la indolencia, el juegavivo, el negociado, la ganancia fácil, el abuso de los menores y población menos ilustrada, la marginación podría ser superada si los sectores económicos, con un cambio de mentalidad hacia la responsabilidad social local e internacional, orientaran su neoliberalismo a una real sostenibilidad, cumpliendo una labor socializante en beneficio de sus clientes y trabajadores con más empleo, mejores sueldos y más bajos costos de producción para más bajos precios al consumidor.

Talvez esto signifique disminuir la velocidad de crecimiento económico, pero también traerá estabilidad y lo que buscamos, reducir la violencia.

La sociedad misma está buscado su desarrollo, justicia social en diferentes formas y lo va a alcanzar, y mejor es que sea con la participación de todos en el Cambio.

La autorregulación de los medios de comunicación no ha logrado superar la calidad pacífica de los programas. Ha dependido de las encuestas, los intereses comerciales y las disponibilidades y costos de las producciones.

Se ha considerado como argumento real que la violencia atrae al público y vende. Los comerciantes han creído esta falacia y permiten la agresividad como vía de mejorar sus ventas. Pero tienen que gastar más en seguridad. Sería mucho más efectivo que se permitiera a la sociedad, sus clientes y televidentes opinar y decidir qué valores, qué programas y qué publicidad prefieren ver para entretenerse y comprar.

Esto sería cambiar la resolución de autorregulación por una “social regulación” , con una mínima participación del Estado y los propietarios de los medios de comunicación, que por reglamento no derive en una censura ni en coartación de la libertad de expresión, pero que sí sea un organismo de orientación y regulación de lo que la sociedad necesita y considera en su beneficio.

Al fin, el aire y los canales son del pueblo administrados por el Estado y debe ser el pueblo el que decida qué hacer con la “concesión” de su espacio aéreo y no solo el desfasado criterio de los comerciantes. El pueblo pueden ser: los periodistas, las universidades, los estudiantes, las organizaciones comunales, gremiales o sociales.

Estos conceptos ya han sido difundidos varias veces por diversos organismos (Procuraduría), pero siempre se ha interpretado como una intromisión a la empresa privada, cuando es más bien una colaboración entre las empresas y sus clientes, en la que se procura un mejor entendimiento y colaboración en beneficio mutuo de los canales, las empresas publicitarias y, sobre todo, el público, que aspira a eliminar la violencia y las armas.

No es ir a una polémica. Se aduce que hay poco material de paz. No se trata de instrucción ni de educación formal o idiomas, solo de “no violencia”.

“ Primum non nocere”.. “Lo primero es no hacer daño”.

*Médico y ex ministro de Estado.grollap@cableonda.net

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