• 16/09/2009 02:00

Bacterias nosocomiales matan a infantes

El Hospital Pediátrico Omar Torrijos Herrera, de la Caja de Seguro Social, se ha convertido en la antesala de la muerte para muchos infa...

El Hospital Pediátrico Omar Torrijos Herrera, de la Caja de Seguro Social, se ha convertido en la antesala de la muerte para muchos infantes que por cualquier problema de salud son internados en dicho centro, que lejos de restaurarle la salud, salen en pijama de madera.

La causa, bacterias que los contagian por la misma condición antihigiénica en que se encuentran las Salas de este Hospital.

Uno de estos angelitos que hoy se encuentran ante la presencia del Dios Padre Todopoderoso, es José David González Rodríguez, quien nació el 6 de marzo de 2009 y muere el 15 de julio, justo a los cuatro meses, nueve días de haber nacido. Causa de la muerte: sepsis.

A José David lo operaron de la cabeza y salió bien de la operación. A pesar de lo delicado de la operación no lo pusieron en Cuidados Intensivos, sino en una de las salas del nosocomio en mención, en el que se podían apreciar insectos (pequeñas hormigas voladoras) que rodaban la ropa de los bebés y sus sabanillas.

Los padres de esta criatura le hicieron un llamado de atención a la enfermera responsable de la sala y ésta hizo caso omiso, igual actitud adoptó al doctor residente en turno cuando se le advirtió de los problemas que estaba pasando José David.

Cuando se le advertía al personal de la hora en que los infantes debían tomar sus alimentos o medicamentos, se enojaban, máximo si era en horas de la madrugaba, pues en ese instante se encontraban echando una “ siestecita ”.

Como diría Ripley: “ Aunque usted no lo crea ”, a José David le quitaron las grapas que funcionan como puntos, a los 17 días de ser operado. Uno de los atrasos fue que la pinza estaba sucia y días después la herida se abrió.

Gracias a la indolencia del personal médico y a la insalubridad de la sala, José David adquirió en la herida de la operación la bacteria serratea, bacteria que en nueve días terminó con la existencia de este bebé, por la falta de prevención. Y ni hablar de la psiquiatra, que lejos de apoyar a los padres de los pacientes, eran menospreciados en tono burlesco con frases como: “ si no le gusta la atención de aquí, vayan a una clínica privada ”. Golpeando moralmente a los humildes padres de familia que por razones económicas tienen que recurrir a la CSS. ¿Cuántos niños más tienen que morir en el Hospital Pediátrico Omar Torrijos Herrera, de la CSS?

Bacterias que existen en el mismo hospital están acabando con la vida de los infantes ante la mirada indolente de quienes tienen que brindarles a los pacientes la seguridad de una atención eficaz, eficiente y, sobre todo, con un sentido y espíritu humanitario. Hacerlo por amor al prójimo y no por amor al salario quincenal.

*Periodista.agraell@hotmail.com

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