• 08/12/2009 01:00

Una concepción inmaculada

Hoy, 8 de Diciembre, los panameños celebran el Día de la Madre. Desde el año 1930, producto de un proyecto de ley prohijado por los hono...

Hoy, 8 de Diciembre, los panameños celebran el Día de la Madre. Desde el año 1930, producto de un proyecto de ley prohijado por los honorables diputados Héctor Conte Bermúdez de Coclé, Bolívar Márquez de Herrera y José Sáenz de Colón, y posteriormente sancionado como ley por el presidente de la República, Florencio Harmodio Arosemena, esta fecha es también un día de fiesta nacional.

Desde un principio, la concepción de esta Ley no fue nada fácil. Hay que recordar que años antes, en 1924, un grupo de ciudadanos del Club Rotario de Panamá aprobó establecer un día para honrar a las madres de nuestro país y escogieron la fecha del 11 de mayo, segundo domingo del mes de mayo, igual como se celebra en Estados Unidos y en muchos otros lugares del mundo.

La iniciativa de los amigos Rotarios fue bien recibida por la comunidad. Desde tempranas horas de ese domingo miles asistieron a diferentes veladas en honor a las madres, se organizaron eventos en escuelas y se abrieron concursos para ofrecer regalos a la madre más pobre y la que tuviera más hijos. Se solicitó a la prensa su valiosa cooperación, incluso La Estrella de Panamá publicó un editorial titulado “ Hermosa realidad ”, donde tuvo frases muy enaltecedoras por esta idea del Club Rotario y apoyaba la iniciativa dedicada a destacar el rol de la madre en la sociedad. También, tras un descuento del 25% en mensajes alusivos, varias empresas publicaron anuncios exaltando la figura de la Madre.

El Club Rotario, además, coordinó para que los cementerios abrieran todo el día y los familiares de las madres ya fallecidas pudieran ir a presentar sus flores y oraciones. Además, se dieron órdenes para que todas las oficinas telegráficas del país tuvieran capacidad para recibir los nombres, dirección y firma de los hijos que deseaban saludar a su madre en ese día, teniendo que pagar cinco centavos por el servicio.

La idea tuvo un éxito rotundo, al punto que el presidente Belisario Porras aprobó un decreto, a través de la Secretaría de Instrucción Pública (ahora Ministerio), oficializando el Día de la Madre ese 11 de mayo, fecha que continuó hasta el 8 de diciembre de 1930, cuando se estableció como nuevo Día de la Madre.

Ese cambió de fecha fue el resultado de una carta enviada por prominentes damas de la sociedad a la Primera Dama de ese entonces, doña Hercilia de Arosemena, en donde solicitaban que se declarara día de Fiesta Nacional el 8 de diciembre, día de la Inmaculada Concepción.

La solicitud fue elevada a la Asamblea Nacional y prohijada por los tres honorables diputados mencionados anteriormente. El proyecto de ley señalaba textualmente que este grupo de señoras representaba a los católicos de la República y que siendo la religión Católica, Apostólica y Romana la que profesa la mayoría de los habitantes del Istmo, era justo que la Asamblea Nacional accediera a su solicitud, y que la expedición de una ley en tal sentido solo vendría a legalizar una sana costumbre del pueblo panameño. Y de esa forma el proyecto decretaba el 8 de diciembre como Día de Fiesta Nacional, y luego fue presentado a la consideración del pleno en sesiones ordinarias el 1 de diciembre de 1930.

Dicha propuesta generó acalorados y encendidos debates, debido a la oposición de convertir una festividad religiosa en un Día de Fiesta Nacional. La Asamblea se polarizó fuertemente en la discusión del proyecto de ley aludido, en tal forma que los argumentos eran cada vez más fuertes, punzantes y prolongados entre católicos y no creyentes. Surgió entonces la idea del diputado Aníbal Ríos D., para armonizar ambas tendencias, de proponer que se trasladara el Día de la Madre para el 8 de diciembre y entonces proceder a declararlo Día de Fiesta Nacional, sin mencionar para nada el aspecto religioso de la Inmaculada Concepción. Y de esa forma la Asamblea Nacional aprobó el proyecto de ley propuesto, que luego se convirtió en la Ley 69 de 1930.

Panamá es el único país del mundo que honra a las madres en la misma fecha que la Iglesia Católica recuerda a la Virgen María con tal vehemencia y gloria. No importan los argumentos de que el Día de la Madre quede enclavado en el mes de diciembre, de que es la época del año más llena de todo tipo de gastos, del desborde de fiestas privadas, presentaciones finales de escuelas de danzas, obras de teatro, gradaciones, primeras comuniones, la cercanía con el Día del Maestro, Navidad, Año Nuevo, en fin, miles de razonamientos en contra de celebrar el 8 de diciembre como el Día de la Madre. Igualmente hay quienes quisieran regresar al segundo domingo de mayo, para estar a tono con la mayoría de los demás países del mundo. También están los que desaprueban la iniciativa de aquellas damas, porque pareciera más el producto de una componenda política, que un acto eminentemente cívico.

Pero, independientemente de quienes estén a favor o en contra de lo ocurrido aquellos primeros días de diciembre de 1930 en la Asamblea Nacional, hoy Panamá celebra el Día de la Madre, celebra la Inmaculada Concepción de Santa María Virgen y celebra un Día de Fiesta Nacional. Y eso es todo. Somos un país bendito y bendecido por la convergencia de estas tres celebraciones. Todo cuanto hermoso y bello se puede decir de una criatura, se lo cantamos hoy a nuestra madre terrenal y también a nuestra Madre del Cielo. Y es así, porque, desde esta fiesta grande, divisamos ya la proximidad de la Navidad. Así como el brote nos da una promesa cierta de la flor que de él saldrá, la Inmaculada Concepción nos da la promesa infalible del nacimiento del Hijo de Dios en el pesebre.

María, llena de gracia y de esplendor, la que es bendita entre todas las mujeres, es también nuestra Madre. Una manifestación natural de amor a Nuestra Señora es invocarla, aunque sea sin palabras. Si cumplimos nuestro propósito de acudir con más frecuencia a Ella, desde el día de hoy, comprobaremos en nuestras vidas que Nuestra Madre es descanso para los que trabajan, consuelo de los que lloran, medicina para los enfermos, puerto para los que maltrata la tempestad, perdón para los pecadores, dulce alivio de los tristes y socorro de los que rezan. Bendita una vez más esta tierra panameña por celebrar hoy, 8 de diciembre, fecha solemne de la Inmaculada Concepción, el Día de las Madres.

*Empresario.lifeblends@cableonda.net

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