• 27/12/2009 01:00

Que el Sol de Cristo vuelva a nacer

Me escribe un conocido de estas lides para remitirme a un artículo sobre el origen de las Navidades. Dato tan oportuno, nos mueve a una ...

Me escribe un conocido de estas lides para remitirme a un artículo sobre el origen de las Navidades. Dato tan oportuno, nos mueve a una reflexión.

Nos recuerda el artículo algo que ya es conocido por el estudio de la historia del cristianismo, de la teología, de la liturgia y en general por el estudio de las religiones: que muchas fiestas en nuestro calendario religioso son simbólicas. Se establecieron en fechas imprecisas o para significar algo, y se superpusieron a fiestas paganas para reconducir hacia un espíritu cristiano las celebraciones de los pueblos recién convertidos. Entre estas fiestas con fecha simbólica estaría la Navidad.

La necesidad de dejar atrás el culto del dios solar Mitra, de los egipcios, o Apolo entre los romanos, llevaría a establecer, por sus fiestas, la fecha del nacimiento de Cristo verdadero Sol invicto de los creyentes. El solsticio de invierno, visto desde el norte, semeja que el Sol nace o se levanta pues ha llegado a su máxima declinación (cuando el día es más corto y la noche más larga) y a partir de esa fecha empieza a crecer. Por contraposición, se puso el nacimiento del Bautista el 24 de junio por las cercanías del solsticio de verano, pues fueron las palabras humildes del Precursor de Cristo: “es necesario que yo decline para que Él crezca”. Al margen de ello, hoy existe un autor, el episcopaliano Thomas J. Talley, que sostiene que, en efecto, el 25 de diciembre fue más que un símbolo, y que Jesucristo nació en verdad en esa fecha, según una tradición del siglo II. Además serían los romanos los que copiaron la fecha cristiana para paganizarla, según este estudio que debemos conocer. También indica que autores de los siglos XVII y XVIII nos indujeron a creer lo contrario. Como quiera que ello fuese, real o simbólica, la fecha del natalicio de Cristo debe llevarnos a lo principal: que Él vuelva a nacer en nuestro corazón, que volvamos a las verdades que Él proclamó, porque Jesús es más que un símbolo, eso es seguro.

*Filósofo e historiador jordi1427@yahoo.com.mx

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