• 07/01/2010 01:00

Al oído de la Comisión de Reformas Electorales

Dado que en los próximos días se reunirá la Comisión de Reformas Electorales, queremos poner sobre la mesa de debate algunas consideraci...

Dado que en los próximos días se reunirá la Comisión de Reformas Electorales, queremos poner sobre la mesa de debate algunas consideraciones. En primer lugar, exhortar a la ciudadanía a inmiscuirse en las discusiones de esta Comisión, porque el Código Electoral y el sistema democrático no son propiedad privada de los partidos políticos ni del Tribunal Electoral (TE), sino de toda la comunidad. En segundo lugar, señalar a los magistrados y voceros de la Comisión que las últimas elecciones, con todas sus irregularidades, demostraron que se requieren reformas profundas del sistema político. Algunas de las cuales exceden el ámbito de la Comisión, y requieren la convocatoria urgente de una Asamblea Constituyente.

El objetivo fundamental a lograrse con las reformas es ampliar la participación ciudadana en la política. Porque el sistema actual fue construido bajo el régimen militar y emparchado en “ democracia ”, pero bajo un pacto político entre dos bloques que lo han controlado por 20 años: el PRD y el Partido Panameñista. Aunque de manera distorsionada, la victoria de Ricardo Martinelli implica el fin de esa etapa y el deseo de la ciudadanía por cambios en este ámbito.

¿Cómo lograr que más ciudadanos, que no sean los “ políticos de siempre ”, participen en política? Hay que acabar con las reglas que dificultan la participación ciudadana, y la limitan a quienes poseen o son apoyados por el poder económico. Hoy, si no eres millonario, o te apoya uno, no puedes inscribir un partido o postularte a ningún cargo de elección popular. Esto ha convertido la democracia en una plutocracia moderna. Hacer esto parte por rebajar la cuota exagerada de adherentes para inscribir partidos y candidaturas, la más antidemocrática de América Latina. En ningún país se exige más del 0.5% de firmas del electorado. Para no hablar de que solo se permite a los partidos inscritos recoger firmas todo el año, pero a los nuevos proyectos no, que la semana de inscripción es de 4 días, que hay que mover gente hasta los libros, etc. Luego está el problema del financiamiento de los partidos, hay que poner topes muy bajos a los apoyos particulares, prevaleciendo el financiamiento público, para evitar compromisos que generan corrupción. Y que la información sea pública.

Pero, ¿cómo evitar los altos costes de campaña? Hay que ponerle el cascabel al gato de los medios, que imponen costos abusivos de publicidad que, coartan la democracia, pues, si no tienes plata, no tienes publicidad y no existes. Tal vez el modelo mexicano sea el adecuado, por el cual los espacios son propiedad del TE y éste lo reparte equitativamente. Esto para no mencionar, por ahora, temas como la cuota femenina (que debe ser vinculante), o el exceso de circuitos uninominales (que favorece el caciquismo), o el, a mi juicio, falso debate sobre la segunda vuelta.

*Secretario general del Partido Alternativa Popular. olmedobeluche@hotmail.com

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