• 28/03/2010 01:00

Amnesia de la ministra de Trabajo

La incapacidad, la prepotencia, la arrogancia, el menosprecio a los sectores populares y a los trabajadores, es la tónica de la mayoría ...

La incapacidad, la prepotencia, la arrogancia, el menosprecio a los sectores populares y a los trabajadores, es la tónica de la mayoría de los miembros que integran el gobierno de Martinelli. No sorprende, por ende las declaraciones de esta semana de la ministra de Trabajo, Alma Cortés, y el viceministro de Trabajo, Luis Carles.

Ante el Consejo de la Administración de la OIT, Alma Cortés, fue a denunciar lo que tituló “ intolerancia de gremios contrarios a políticas socio económicas del presidente Martinelli ”. Lo que no dijo Cortés fue las causas por las que el pueblo trabajador se opone a estas políticas.

Por ejemplo, no señaló que la oposición es a las reformas sacaplata de aumento del ITBMS a 7%, para financiar avioncitos presidenciales, aumentos de viáticos a los altos funcionarios, viajes presidenciales con grandes comitivas; compra de licores, cuyas botellas tienen costos superiores al salario mínimo mensual de un trabajador. Se le olvidó a Alma Cortés manifestar que la oposición es a la improvisación de una reforma educativa que busca las bases para seguir reduciendo el costo de la fuerza de trabajo; contra una política que, mientras cercena la atención a la seguridad social a los trabajadores y sus beneficiarios y coloca en la inestabilidad laboral al personal administrativo y de salud de la CSS, amplía las prerrogativas del director de la CSS.

Olvidó Cortés señalar que en Panamá el desempleo sigue aumentando, que la informalidad laboral alcanza casi al 45% de los ocupados; que más del 40% de la población ocupada recibe salario mínimo y menos, el cual no cubre el costo de la canasta básica familiar; que casi el 75% de los contratos de trabajo que se registran son por tiempo definido o por obra determinada; que hace más de 25 años que en este país no se da un aumento general de salario.

En su amnesia, se le pasó comentar que su Ministerio intentó meter un gol en la fijación del salario mínimo para favorecer las empresas licoreras y cañeras, donde el presidente y vicepresidente tienen intereses personales.

Igualmente, la amnesia no le permitió explicar por qué se coarta el derecho a la organización sindical a los funcionarios públicos, a los trabajadores de la salud y la educación, a los trabajadores de la ZLC y de los bancos. Es decir, se violenta el derecho a plena libertad sindical y se irrespeta el pleno derecho a la sindicalización de todos los trabajadores del país.

No se pronunció en torno al sindicalismo amarillo que impulsa la patronal, con la complicidad de los gobiernos ni sobre el sicariato.

Falló su memoria, pues, no pudo recordar que este país aún no firma el Convenio 169 de la OIT de los pueblos originarios.

Olvidó que se siguen lesionando los derechos de los trabajadores y que continúa la política de despidos masivos de funcionarios públicos.

Faltó a la verdad al ocultar la violación a los derechos humanos de los 300 obreros detenidos injustificadamente, a los cuales se les negó el derecho de ser puestos a orden de autoridad competente, ante la arbitrariedad y prepotencia de un ministro, José Raúl Mulino, que se expresa de los trabajadores como “ maleantes de mierda ”.

En todo ese tiempo, ocho meses, de la Administración Martinelli los problemas se han agravado. El pueblo padece un alza sin precedentes de los precios de los artículos y servicios de primera necesidad; los bajos salarios hacen engrosar cada día el alto porcentaje de panameños en situación de pobreza y pobreza extrema; los bajos salarios contrastan con los colosales salarios, incluso altos en países de primer mundo, de ministros, diputados, magistrados, ACP, funcionarios de entidades autónomas, asesores, cuerpo diplomático y, en fin, de la alta burocracia gubernamental y empresarial.

Nos preguntamos ¿por qué el Ministerio de Trabajo no cumple con su función de garantizar que se cumplan las leyes laborales: seguridad laboral; salario mínimo y respeto al derecho a la sindicalización? Quizás la respuesta la encontremos en el hecho de que Alma Cortés, primero que ministra, es funcionaria de Martinelli.

Frente a las amenazas de cercenar el derecho a huelga, de eliminar las organizaciones sindicales, de introducir reformas lesivas a la clase obrera en el Código de Trabajo, el SUNTRACS-CONUSI estará en las calles en defensa de nuestros derechos, los cuales jamás han sido producto de dádivas de gobierno o empresario alguno, sino del sudor y la sangre de la clase obrera.

Sin luchas, no hay victorias.

*Secretario general del Suntracs.rologe54@yahoo.com

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