• 07/04/2010 02:00

Oñate, un comunicador del ambiente

La comunicación ambiental es un proceso que se nutre de múltiples componentes y supone integrar en la vida cotidiana, una conciencia sob...

La comunicación ambiental es un proceso que se nutre de múltiples componentes y supone integrar en la vida cotidiana, una conciencia sobre su interrelación real con el entorno natural que le rodea; además de una serie de valores que quizás no han existido en el desarrollo de las labores que realizan los diferentes grupos humanos y que no importa la dirección en que éstas se desenvuelvan, sus efectos terminan por afectarlos.

Cuando alguien comprende la complejidad en que se manifiesta la comunicación ambiental y se dedica a generar una praxis en este sentido, uno puede percibir la amplitud, pues es una materia que habla de comunicación, educación, desarrollo comunitario, solidaridad y un profundo sentimiento de comprensión de las actividades humanas en este contexto.

He conocido a alguien cuyo trabajo encarna estas características y dedicaré unas líneas a analizar su desempeño en el ámbito de la comunicación ambiental, cuyo impacto desbordó las fronteras del país, desde su oficina en la Ciudad del Saber en Panamá, y que ahora culmina por motivos de jubilación.

Un mensaje fue recibido por un conjunto de comunicadores sociales, periodistas y ambientalistas, con el que Rody Oñate se despidió, luego de diez años de labor como director de comunicación de la Oficina Regional para América Latina y el Caribe del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).

Los últimos años de este período fueron realizados en Panamá y en tan corto espacio, la labor de Oñate tuvo un fuerte impacto en la promoción de los temas ecológicos en un amplio sector del país; sobre todo por su visión de la comunicación ambiental, que no escatimó esfuerzos para llegar a diversos grupos de la sociedad panameña y sensibilizar, enseñar, promover la acción y sobre todo, ganar socios en estas campañas.

Oñate, de origen chileno, salió de su país luego del golpe militar de 1973. Con estudios de derecho y un título de periodista, se exilió en Canadá desde donde inició una labor de solidaridad y con el apoyo de varias organizaciones, a través de la Oficina de Presos Políticos, se dedicó a trabajar por los derechos civiles en su país y a sacar de las cárceles a periodistas y otros profesionales.

A su regreso a Chile, un año antes de que se instaurara nuevamente la democracia, ejerció el periodismo en varios lugares y en la agencia internacional France Presse.

Sus tareas como periodista le llevaron a editar el libro “Porque fuimos médicos del pueblo”, que recoge testimonios sobre los 21 médicos asesinados durante la dictadura. También participó en el libro colectivo “Morir es la noticia”, donde están consignados muchos relatos de profesionales perseguidos, desaparecidos y las circunstancias que rodearon sus casos.

En Estados Unidos se editó un libro de entrevistas denominado “Flights from Chile. Voices of the exile”. El éxito editorial del documento de Oñate y Thomas Wright, hizo que en México se publicara la edición al español con el título de “La diáspora chilena a 30 años del golpe militar”. La Universidad de Yale preparó una enciclopedia sobre el tema de los exilados en el mundo y el capítulo sobre Chile fue encomendado a los dos autores de la obra.

Quizás, el trabajo ligado a movimientos populares y con grupos civiles, fue la mejor escuela que dio a Oñate una visión amplia de la dimensión ambiental. Por eso, al iniciar sus tareas en el PNUMA comprendió que se trataba no solo de la divulgación a través de los medios tradicionales de comunicación, sino de generar un compromiso de los diferentes grupos que hacen incidencia social, cultural y política.

La labor de Oñate en el PNUMA le llevó a vincularse con múltiples grupos, juventudes, instituciones religiosas como el Consejo Latinoamericano de Iglesias (CLI), radios comunitarias, grupos juveniles, organizaciones culturales; bajo la idea de tener “como eje central, la participación de la gente”, a menudo se le escuchaba decir en las reuniones de trabajo. Cuando contaba estas historias, siempre surgía la anécdota de que en el CLI habían buscado en los textos bíblicos, las alusiones al tema ambiental y hubo sorpresas al comprobar las experiencias sobre la relación entre los grupos humanos y el ambiente, aún en esa época. Esto brindó a la iglesia información para rescatar aspectos de una ética entre los seres humanos y el ecosistema y la necesidad de preservarlo.

También se preocupó por los indígenas, mujeres, el sector privado, los gremios periodísticos y centros de formación superior de comunicadores sociales. Al menos en todo Centroamérica, colaboró con las iniciativas del Corredor Biológico Mesoamericano y la formación de talentos humanos para el desarrollo de políticas de comunicación no solo institucionales, sino de organizaciones no gubernamentales.

Es en esta perspectiva como se desarrollaron en Panamá las primeras muestras de cine ambiental; se formó la videoteca especializada en ciencias de la naturaleza en la ANAM y se realizaron las primeras exposiciones de afiches y pinturas ambientalistas en diferentes salas.

Lo importante, decía, era “entregar herramientas a todos los sectores para que tomen en sus manos las soluciones a los diferentes problemas del ambiente”. En esta dirección organizó cursos de periodismo ambiental en casi todos los países de América Latina y el Caribe, bajo el auspicio del PNUMA y los ministerios de Ambiente de la región. El único caso pendiente fue Haití; allí el taller se pospuso o se canceló.

La partida de Oñate, quien prometió hacerse pastor en una finca de ovejas y carneros, bajo una atmósfera bucólica en algún rincón chileno, deja múltiples enseñanzas a la gestión ambiental en los países donde desarrolló tareas.

La dimensión de la comunicación ambiental es tan amplia que requiere ser desarrollada a múltiples niveles y en diferentes escenarios para que cada grupo encuentre su papel en la promoción de un conocimiento que puede cambiar sus vidas, sobre todo con retos específicos como el cambio climático, o tan amplios como el desarrollo sostenible.

Esto lo comprendió Oñate y lo transmitió de forma precisa para nuestro provecho.

*Periodista y docente universitario modestun@yahoo.es

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