• 19/04/2010 02:00

El Panamá donde vivimos

Una vez leí, pero no recuerdo donde, que la “ciudadanía es el derecho a mejorar el lugar dónde vivimos” frase que me hizo sentir el verd...

Una vez leí, pero no recuerdo donde, que la “ciudadanía es el derecho a mejorar el lugar dónde vivimos” frase que me hizo sentir el verdadero valor del poder ciudadano como un factor de cambio en una sociedad democrática en aras de que en la misma impere no solo la ley sino, y esto es lo mas importante, una cultura de derechos humanos en donde todos respetemos la opinión de otro y que entendamos el verdadero significado del choque de ideas como un mecanismo democrático de participación.

Los panameños vivimos en un país multiracial y en donde las culturas se mezclan creando una sociedad singular en esta América Latina que no solo es india sino, de igual forma, negra, blanca, mulata y mestiza en donde la inmigración ha sido la tónica constante y en donde nadie sobra y todos hacemos falta para construir un mejor Panamá.

Por ello, no creo en eso de tildar a unos de “malos panameños” o de otros que se dicen “buenos panameños” pues me niego a creer que exista algún panameño que le desee hacer daño a nuestro país y, muy por el contrario, considero que la tolerancia a las ideas y el respeto a la libertad son piezas fundamentales para mejorar el lugar donde vivimos los panameños puesto que sin ellos no pueden existir los puentes de comunicación entre gobernados y gobernantes.

Para lograr la denominada “unidad en la diversidad” y lograr con ello una sociedad mas democrática y representativa en nuestro país; deben entender todos los implicados, ya sean directos o indirectos, que no pueden haber descalificaciones previas ni exclusiones arbitrarias y que, como lo recuerda Felipe González, “hay que hablar con quien no está de acuerdo, de lo contrario el diálogo es de sumisos obedientes, no de actores en la solución”.

La ruta democrática para lograr los grandes consensos nacionales en aras de obtener un mejor servicio público de administración de justicia, erradicar la pobreza, combatir la corrupción y dotar a la ciudadanía de mayor seguridad no se logran creando barreras ni muros ni a través de imposiciones de grupos sectarios y radicales sino a través de las consultas populares que se le haga a la ciudadanía y los diálogos abiertos y transparentes con los organismos de la sociedad civil.

Un axioma político nos dice que “para que exista un buen gobierno debe haber una mejor oposición”, lamentablemente en nuestro país los grupos opositores no terminan de entender que perdieron las elecciones pasadas de manera rotunda y que el pueblo escogio a sus gobernantes a través de los votos ciudadanos y no mediante el radicalismo de los ladrillos lanzados y que las bravuconadas de ciertos grupos de la sociedad civil solo reflejan la intolerancia democrática de entender que los intereses nacionales deben primar a sus intereses personales.

*Abogado y Consultor.pedrositton@hotmail.com

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