• 10/07/2010 02:00

Un guión para la paz

I ntercambiaremos opiniones con el lector señalando que la crisis provocada por el episodio represivo y piratesco ocurrido frente al mar...

I ntercambiaremos opiniones con el lector señalando que la crisis provocada por el episodio represivo y piratesco ocurrido frente al mar de Gaza, debe ser analizada a la luz de sus efectos sobre la intensificación de la escalada belicista mundial. Esto provoca repulsa internacional, pero su efecto ha sido contrarrestar las actuaciones de distensión que se vienen realizando en todo el mundo.

Repasemos como la triangulación turco—brasileño—iraní contribuyó a retirar los brasas del conflicto iranio—estadounidense, quitando pretextos agresivos a la maquinaria belicista.

También está dándose un proceso de acercamiento económico, cultural y diplomático entre China Continental y Taiwán, que ha de terminar con un acuerdo político que tornará injustificable la presencia de la VII flota norteamericana en el estrecho de Formosa.

En este marco de distensiones se experimentaba una incipiente colaboración entre el Norte y el Sur de Corea, mediante un complejo industrial binacional que brindaría bases materiales para la resolución de diferendos de origen exógeno, generados en la guerra fría, que separan ambas porciones de esa nación. Esta solución transformaría a los 40000 soldados norteamericanos estacionados allí en una presencia tan injustificada como la de la base de Guantánamo. En estas condiciones se produce el hundimiento del navío surcoreano, al cual los indicios parecen señalar como una operación de falsa bandera (ejecutada con armas del enemigo para inculparlo). Lógicamente el resultado es producir atizar un conflicto que venía en vías de aflojamiento.

No olvidemos que los japoneses votaron por un Premier que prometió erradicar las bases de Okinawa y al no cumplirlo debió renunciar.

La política internacional es continuación de la economía y esta nos explica su curso. La crisis capitalista recuerda que el sistema marcha como una bicicleta, si se detiene se cae; solo cabe salir reforzando la extracción de ganancias, y solo están a la mano para ser estrujados los pueblos y la naturaleza. Además, el paliativo de la economía de guerra sigue siendo una válvula para la cual la paz es un mal clima.

La destrucción del Estado de Bienestar europeo obligaría al continente a sumarse de rodillas a una solución de fusión en un solo bloque con los Estados Unidos y contra sus trabajadores. Pero lo más grave es el ataque salvaje contra la naturaleza, en forma de minería depredadora y prospecciones petroleras submarinas.

Natura ha respondido con el estallido de un pozo que ha volado los sueños de autarquía energética de Norteamérica. Ese país inaugura un periodo de desobediencia civil similar a cuando Martin Luther King y los intelectuales norteamericanos combatían por los derechos civiles y contra la guerra indochina.

El protagonismo de migrantes y la indignación de los campus universitarios por el desastre ambiental anuncian un ‘revival’ de aquellas luchas.

El desastre del Golfo no es una tragedia ambiental norteamericana, sino que afecta a todo el planeta, la vida marina no tiene pasaporte estadounidense.

Este desastre es al mar lo que Chernóbil a la atmósfera; y a las esperanzas de autarquía energética lo que Chernóbil a la esperanza de crecimiento energético atomocéntrico. Obama, según sus compatriotas debe embridar a las petroleras clausurando su planes prospectivos, pero... si son ellas quienes conducen las políticas estadounidenses y han llevado a este país a guerras sin fin. ¿Le pondrá el cascabel al gato?

Para evitarlo hay que crear ruidos de guerra y nada mejor que el gobierno belicista de Israel que traiciona la historia secular pacifista judía. Este gobierno solo tiene dos puntos en su agenda: la expulsión de los palestinos de su tierra, y hacer lo que pida el lobby guerrerista de Washington. Esto explica el incidente naval de referencia.

Frente a ello el arma es paz a los hombres y paz al ambiente.

*MÉDICO.

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