Educación: Diálogo y presupuesto

D esde hace dos meses tengo la oportunidad de formar parte de la Comisión de Presupuesto de la Asamblea Nacional, en la cual se estuvieron desarrollando las vistas presupuestarias. Lo anterior representa la oportunidad de conocer más a fondo el trabajo que vienen realizando los ministerios y las instituciones autónomas y semiautónomas, así como el porcentaje de ejecución de sus respectivos presupuestos.

En este sentido, la población demanda una mayor ejecución de los presupuestos con el objeto de mitigar las problemáticas existentes —heredadas por anteriores administraciones gubernamentales— en lo que respecta a salud, educación, vivienda, desempleo, seguridad, entre otros. Esto con lleva un compromiso colectivo en aras de poder optimizar el destino final de los recursos y su racionalización en todo el sentido de la palabra.

Razón por la cual, me llamó poderosamente la atención la disminución en algunos renglones del presupuesto del Ministerio de Educación para la vigencia fiscal 2011; sin embargo, dentro de la comisión se hicieron las observaciones correspondientes, con el objeto de que el MEF replanteara la posibilidad para dotar de mayor recurso al Meduca, teniendo en cuenta la labor que viene realizando —a pesar de las dificultades— la ministra Molinar y su equipo de trabajo.

Si analizamos el asunto desde una perspectiva más profunda podemos comprender que actualmente se están mitigando problemas de fondo en el sistema educativo, y esto obviamente ha causado algunas opiniones encontradas, pero tenemos certeza de que al final el entendimiento prevalecerá sobre las pasiones.

El escenario actual demanda mayor consenso entre las autoridades educativas y los gremios de educadores, la intransigencia lo único que con lleva es a dificultar los entendimientos que demanda la población estudiantil, y que los resultados producto de los acuerdos a los que se llegue, a través de un diálogo, repercutirán directamente para el bienestar de la educación panameña.

No es el momento de posiciones encontradas ni de establecer liderazgos en movimientos sin pie ni cabeza, porque al final del camino el pueblo es testigo de todas las actuaciones y conoce perfectamente el trasfondo de algunas acciones gremiales —seríamos irresponsables si generalizamos— lo que estanca de forma reiterativa el óptimo desenvolvimiento del sistema.

En resumen, las cartas están echadas en el sistema educativo, hoy se construye un futuro con bases sólidas. Las infraestructuras estarán modernas y con la calidad necesaria; se mitigara el ‘juegavivo’ en las licitaciones; una transformación curricular bajo los parámetros de la real necesidad académica que requiere un país como el nuestro; inyección presupuestaria en tecnología e inglés para los estudiantes de áreas apartadas, capacitación al cuerpo docente, entre otras iniciativas, son las acciones que marcarán la pauta en el nuevo proceso de la educación panameña.

Todo esto se logrará con la consecución de un diálogo entre las autoridades y los educadores e incrementando el presupuesto al Meduca; las futuras generaciones lo agradecerán.

*DIPUTADA DE LA REPÚBLICA.