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- 28/07/2023 00:00
123 años de la Batalla del puente de Calidonia
Este puente estaba ubicado desde la antigua Casa Miller hasta el inicio de la actual plaza 5 de Mayo.
En el marco de la Guerra de los Mil Días, iniciada en Colombia de 1899 hasta 1902, debido a las disputas entre los partidos Conservador y Liberal por el poder, surge la figura de un ilustre panameño que a la postre fue presidente de la República en tres mandatos. Los liberales en Colombia nombran como jefe militar y político a Belisario Porras Barahona, quien se encontraba en Nicaragua desde donde viajó en el barco Momotombo con un grupo de presidiarios que, en busca de su redención, lucharían por la causa liberal en Panamá.
Así inicia la primera campaña liberal en tierras istmeñas, con el desembarco en Rabo de Puerco, hoy Puerto Armuelles; continua un recorrido desde Chiriquí, donde el batallón del mismo nombre se pone a disposición de su líder. Sumando combatientes en su viaje hacia la ciudad amurallada, hoy Casco Antiguo, entre los que figura el general Victoriano Lorenzo, declarado enemigo de las tropas conservadoras, pone no solo su ingenio, también sus tropas con vasta experiencia en el terreno. Algunos combates se fueron dando en ese recorrido.
El plan de Belisario Porras, que llegaba con paso victorioso, se discutió y aprobó el 17 de julio de 1900 en La Chorrera, cuando el Consejo de Guerra se reunió. Consistía en atacar la ciudad por varios flancos, asediar desde Bella Vista, El Cangrejo, Paitilla, Boca la Caja, Peña Prieta, Perry's Hill, Farfán y La Boca; se delegó la ejecución al jefe de operaciones militares general Emiliano Herrera, quien parte el 18 de julio hacia Corozal. Allí hubo un combate que ganaron los liberales, se conoce como la Batalla de Corozal. Para el 21 de julio ya iniciaron las operaciones militares para el enfrentamiento.
El paso decisivo no se dio, los conservadores estaban en pánico producto de la derrota impensable, pero el general Herrera argumentó a sus combatientes: “no tengo órdenes de seguir”, y así se perdió la oportunidad que pudo evitar la masacre posterior. Su elección fue solicitar la rendición del general Albán, la cual fue rechazada.
El día 23, hubo la intención de negociar cuando Porras delegó a Paulo Morales, ambos en Farfán, para que dialogará con Albán, pero unas baterías de cañonazos conservadores desde Las Bóvedas les hacen desistir prematuramente.
El día 24, tropas liberales del Ejército Restaurador de Porras, lideradas por el general Herrera, amanecieron en Perry's Hill (hoy Perejil); pero los conservadores ya habían reforzado y establecido sus defensas. Incluso ya sabían que tropas liberales estaban en Perry's Hill por lo que emplazaron un cañón en el Tívoli (hoy Instituto Smithsonian) y dispararon algunas cargas como medida de disuasión.
Ese mismo día, a medianoche, tropas de los batallones Iturralde y Colunje parten en tres embarcaciones desde Farfán para apoyar la toma de la ciudad al día siguiente; no muy convencido, estas tropas fueron enviadas por Porras, quedándose en tierra con la idea de una eventual derrota al salirse del plan original. Tanto combatientes como los oficiales liberales advertían del peligro de entrar por el puente, pero el general Herrera manifestaba: “No importa, habrá sus difuntos”.
Así llegaron al 24 de julio, a las 0700 am, 300 tropas liberales, al mando del general Domingo de la Rosa, hacen la avanzada por la playa de Peña Prieta (hoy Ave. Balboa), pero son recibidos con fuego arrasador que causa su exterminio, solo seis (6) sobreviven. A las 0800 am, la infantería mayoritaria ataca por pelotones numerosos desde Perry's Hill, sufriendo el tiroteo conservador apoyado con dos cañones que provoca otra gran cantidad de muertos y heridos. Una escuadra liberal, tras fuerte lucha, se apodera de la iglesia de San Miguel, pero el cañón conservador del Tivoli no les deja sacar provecho de la posición. Un cañón liberal es emplazado en el Hospicio de Huérfanos (hoy iglesia Don Bosco), pero su único artillero es abatido. Los liberales lanzan sus ataques durante todo el día, tratando de entrar a la ciudad por el puente de Calidonia, como en tantas acciones heroicas ya sobrepasadas, pero la victoria está lejos de llegar, negada por el fuego devastador de las ametralladoras entregadas por los americanos a los conservadores, estas hicieron la gran diferencia de fuerzas a favor del Ejército del general Albán. Para esparcir la sangre derramada principalmente liberal, a eso de las 4 p. m. una fuerte lluvia de la mano con rayos y truenos hace aún más dramática la escena dantesca. A las 1100 p.m., un último intento contra el puente, concluye la derrota liberal.
Pero ¿qué pasó con Porras?, pues se había quedado en Farfán, quizás molesto porque no se siguió el plan y sabía que habría un grave riesgo de perder esa batalla; pero a las 1000 p. m., junto a otros combatientes, abordó el Gaitán y se dirigió hacía Boca la Caja, para llegar al campo de batalla; pudo quizás imaginarse lo que encontraría, pero su convicción de líder liberal lo empujó a tomar el mando y las responsabilidades que le correspondían. El 26 de julio finalizó el evento bélico.
Hace 123 años, 700 liberales y 98 conservadores murieron en esta sangrienta batalla, el mayor número de muertes en la guerra descrita; fecha de reflexión de cómo perder una batalla, no significa perder la guerra, y que siempre el espíritu del patriotismo nos entrega la victoria al final. Hoy, siglo y resto después.