• 15/04/2014 02:00

La Matriz, versión Panamá

Radiografía perfecta para reflejar el comportamiento de una sociedad

Quién iba a pensar que el concepto de una las trilogías de ficción más populares en el mundo como La Matriz (The Matrix) sería una radiografía perfecta para reflejar el comportamiento de una sociedad. Me refiero al concepto de pugna entre: existir inerte pensando que uno está viviendo contra vivir una realidad. A escasos días de las elecciones, hemos sido bombardeados por una matriz tejida por los medios, redes sociales y debates presidenciales, una burla para el electorado.

Pero, ¿a quién debemos culpar porque nos muestren esta patética práctica política? ¿A los políticos de turno o tal vez a los candidatos?, quizás a los políticos anteriores. La respuesta es muy sencilla, pero dolorosa. La culpa es nuestra. Somos nosotros los que esperamos que una persona igual a las demás solucione todos nuestros problemas; como si fuera el elegido del Ser Supremo. ¡Qué desfachatez la nuestra! Hago hincapié en la frase ‘nuestros problemas’, pues a nadie le interesa verdaderamente el problema del prójimo sino el propio. Cuando decimos ‘nuestros problemas’, hacemos referencia a ‘mis problemas’, debilitándose la unión de la sociedad, el país como conjunto. Gracias a esta manera de pensar, no tenemos identidad como oriundos de un lugar, cada uno vela por su bienestar y lo que buscamos de un gobernante, es que este resuelva el problema personal, individual, no el colectivo.

Se escuchan las consignas de mejor educación, seguridad, salud, alimentos, todos problemas de una colectividad; pero, en vez de trabajar todos, esperamos que una persona o un minúsculo grupo busquen la mejor forma para solventarlo. Nosotros no buscamos una mejor educación, pedimos mejores herramientas (sillas, aulas, computadoras), pero no se pide revisar el pensum académico, que se enseñen correctamente las materias, no nos queremos incluir como parte de la ecuación o fórmula que brinda esa respuesta. Así como en la educación, pasa en cada una de las esferas que mencioné. Para mejorar, es necesario remover los ‘no’ y actuar.

Si queremos un mejor país, es una obligación entender que los gobernantes trabajan para nosotros, todos les pagamos sus salarios y le damos los fondos para hacer los proyectos. No es posible tener una democracia enfocada a la sociedad, con ciudadanos que piensen ‘esto no me importa, yo no trabajo en el gobierno’; les recuerdo: es el gobierno quien nos pide más dinero por medio de impuestos, de manera que cada esfera de nuestra vida está afectada a lo que los gobernantes dicten. Creemos en promesas que nunca nos ponemos a analizar, sin tomar en cuenta el cómo pueden concretarse. Les creemos, es lo más cómodo, que lo hagan ellos. Para qué ponerse a cuestionar y pensar si lo que están proponiendo es válido y cónsono a la realidad. Es más fácil vivir en una mentira que despertar y hacer algo. Esto es ‘La Matriz’, versión Panamá.

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