• 21/06/2014 02:01

Progreso social

La justicia es la base para recuperar el prestigio de la ‘política’

El electorado votó por la credibilidad, la dignidad, la serenidad, la honestidad, la lealtad ideológica, la trayectoria vertical y valiente, la historia de lucha heroica por la soberanía y la democracia. Rechazó la corrupción, el juegavivo, la prepotencia, el autoritarismo, la dictadura, la violencia, las injusticias, la violación de los Derechos Humanos y la mercantilización de la política.

Los fantasmas del cura Gallegos, de Floyd Britton, de Nito Barrantes, Dorita Moreno y el campesino guerrillero desconocido; de los ngäbes, colonenses, y cientos más, salieron a votar. Se evidenció la contradicción tradicional PRD entre su origen dictatorial, dependientes de la oligarquía económica y USA, y la tendencia, que luego de ser encarcelada y exiliada se entregó a la dictadura, intentando imitar las propuestas del panameñismo, pero que nos convirtieron con sus Tratados de protectorado y condicionaron la soberanía económica del Canal.

La elección del partido Panameñista es el reconocimiento de la ciudadanía a sus principios y refuerza el compromiso que ha hecho el panameñismo y el presidente electo, Ing. Juan Carlos Varela, con el ‘pueblo primero’ que encierra la esencia del pensamiento del Dr. Arnulfo Arias. El país conoce los problemas en que han dejado los liberales salvajes: falta de agua potable, altos precios de los alimentos, deuda externa más en 5 que en 100, falta de transporte, delincuencia, falta de justicia, para mencionar los principales.

Los esfuerzos que tendrá que hacer todo el país, requieren de la participación de toda la población, con la transparencia y el rendimiento de cuentas, los concursos de méritos, al estilo de Justicia Social. La gobernabilidad no será para gastos superfluos, ni decoración ni viajes, sino al más genuino panameñismo, tal como lo hiciera Guillermo Endara; quien reguló los precios de los alimentos y no permitió que se gastaran dineros del Estado en apoyos electorales.

La empresa privada tiene que tener my claro que el término negocio y comercio NO es trampa, ni especulación, ni estafa. Que las inversiones son para cumplir una función social, crear empleo y participar en el bienestar de sus clientes y trabajadores. Que crecimiento Económico no solo es ganar más dinero, sino elevar el Índice de Desarrollo Humano y Desarrollo Social. Es aportar sus inversiones, su tecnología, su organización, sus investigaciones y creaciones para el progreso de la sociedad, que es mayor bienestar y felicidad para todos, lo que se traduce en seguridad, cultura y salud.

La lealtad a los principios fundamentales será la guía de servir a los más humildes. La metodología de mercado y la globalización deben ser fórmulas de productividad para que la sociedad disponga de los recursos, pero para el Desarrollo Social. El control tiene que ser de la sociedad para evitar los abusos fascistas (Torrijos, Pinochet), del capitalismo salvaje o de oportunistas incapaces que frenen la producción de la tierra y el trabajo. No puede aceptarse una desviación hacia el salvaje neoliberalismo, ni al stalinismo que coarten las libertades democráticas, ni a la avaricia autoritaria. Eso puede volver al látigo, que expulsó a los mercaderes del templo.

El liderazgo y la supervisión deben producir la eficacia, la honradez y la ética que darán la excelencia para prevenir traumas sociales graves, como los que han ocurrido en salud. En el mundo, en las disputas por las riquezas naturales y el comercio siempre algunas transnacionales han pretendido aprovecharse del pro mundi beneficio. Aquí es donde sale el nacionalismo del 9 de Enero y nuestra orientación social panameñista con todas las energías para expresarle a las corrientes y tendencias que dicen aspirar esos mismos objetivos, que sus errores del pasado deben enmendarlos, tomar la historia, según la Comisión de la Verdad, enseñarla, indemnizar sus víctimas y retomar el camino que el Pueblo sabiamente ha definido en dos periodos electorales.

La deuda externa, la ampliación del canal, el costo de los alimentos, la corrupción, las grandes contradicciones económicas internacionales que atentan contra nuestro desarrollo exigen la máxima capacidad, eficacia, honestidad, justicia legal y social, y nacionalismo por parte de todos.

La justicia es la base para recuperar el prestigio de la ‘política’. La impunidad del pasado ha permitido que la deuda externa, desde la dictadura alcance más de $20,000 millones, con nuevos millonarios que han usurpado dineros calculados por varios miles(6) de millones de dólares. Con grandes negocios y concesiones de dineros que son del pueblo y que deben rescatarse para pagar la deuda. Además de los sacrificios e indemnizaciones a sus víctimas arruinadas o huérfanas.

La justicia de hoy impedirá la impunidad y que se vuelva a repetir la corrupción.

De esta manera nuestro país, aún con su poca población, podrá encontrar la ruta de unidad que nos conduzca al progreso, a la valorización internacional, a la equidad y dignidad de nuestra gente con el Pueblo primero para un Panamá mejor.

MÉDICO

*EN MEMORIA DE CRISTINA PIMENTEL.

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