• 13/07/2014 02:01

Mafalda

‘La caricatura es la desobediencia hecha dibujo’...

Mafalda es esta serie magnífica de un personaje latinoamericano, ilustrada en una tira sociopolítica, firmemente arraigada en los valores familiares, creada por Joaquín Salvador Lavado, ‘Quino’, que salió a la luz pública a mediados de la década del 60, gracias a la publicación hecha por Ediciones de la Flor, Casa editorial Argentina, ubicada en Gorriti 3695, en la ciudad de Buenos Aires. Quino, nacido en la ciudad de Mendoza en el 32, es el creador de esta tira cómica escrita, hoy reconocida universalmente.

Hoy, le dedicamos esta columna a este humorista gráfico, de un talento asombroso, a quien finalmente se le hace un reconocimiento como se merece, al ser galardonado con el premio Príncipe de Asturias, con motivo de la conmemoración de los 50 años de la creación de ‘MAFALDA’, este personaje de talla universal. Merecido tributo a este pensador, que después de una brillante carrera, con un ingenio magistral, tuvo a todo un continente a sus pies con las únicas armas, el papel y la tinta, al crear una obra maestra como lo es MAFALDA. Es un homenaje, además, a la conciencia crítica del país del momento, la Argentina del general Juan Carlos Onganía, un reconocimiento a la vida de Quino, como también a su obra; quien atacó el ‘establishment’, a través de los personajes que creó, haciendo eco de lo que la sociedad sentía en general.

Mafalda surge como un miembro de familia de un barrio de una típica clase media de Argentina. Una Argentina donde se premiaba la mediocridad con los militares y se asesinaba la excelencia. Este dibujante satírico, se atrevió a retratar lo importante en un país. Que no es lo que pasa, sino quien cuenta lo que pasa.

Era el afán contestatario lo que dio origen a este personaje, Mafalda, la defensora de los buenos, de los derechos humanos, junto con nuevos miembros de la familia que fueron introducidos posteriormente, como Manolito —el negociante Gallego, Susanita, la chica frívola que quería casarse, tener hijos y ser ama de casa; el inocente Guille y su mascota tortuga de nombre Burocracia, hermano de Mafalda; el soñador Felipe y Libertad la izquierdista, irónicamente en la tira se refleja su baja estatura, representando el personaje políticamente más radical de la tira cómica.

Mafalda, con observaciones incisivas, preocupada por la humanidad y rebelde ante el mundo legado por los seres adultos, nos hace reflexionar. Quino a través de sus personajes sobre los problemas políticos y sociales que aparecieron en su momento, representó para nuestra generación, una referente importante, en aquella época grandiosa de nuestro crecimiento, coincidiendo con hechos como lo fueron: los Beatles, la moda de los pantalones bota campana, movimientos como el hipismo.

Con un aura singular, MAFALDA, personaje estrella, es un sofisticado invento del lápiz fino y preciso de Quino, que ilustró y denunció las oscuras entretelas de la democracia argentina, de la compleja historia político-social universal y de los temas ambientales que atañen a la humanidad, desde el dibujo y la crítica cuando se combinan. Sin duda un trabajo valioso, testimonio de quien supo interpretar con su personaje los valores culturales humanos en su difíciles encuentros con la vida.

Este columnista gráfico, supo poner su personaje en el centro justo donde corresponde, en ese lugar mítico, en ese gran diván colectivo de una sociedad largamente enferma.

Con un talento magistral, utilizó, como en todo comic, las imágenes a la vez que palabras, para explicar su mensaje. Tuvo mucha cuerda y tinta y buen trabajo como ilustrador. Logró un cuento diferente, traducido en muñecos, una síntesis visual, cada uno con rostros particulares que lo identifican, que nos cuentan historias, que establecen diálogos, que llegaron a aparecer en los más importantes diarios y revistas internacionales.

Hoy, recuerdo con alguna sensación de nostalgia, dos murales de Mafalda, colocados en la estación Perú, ubicada en la histórica Plaza de Mayo en la bella ciudad de Buenos Aires, murales creados con la intención de inmortalizar la obra creada por Quino y asegurarse que sea conocida por las futuras generaciones. Confieso que cuando añoro sus diálogos y mi hija menor se rebela contra el mundo que ha heredado, la invito a que revise con algún detenimiento la colección que su madre mantiene en la biblioteca con los volúmenes de Quino ordenadamente empastado.

ABOGADO

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