• 06/09/2014 02:00

Decisión de los diputados: Certeza del castigo o la repulsa pública

"le advertí a Ávila que, como miembro del PRD y ciudadana, estaría muy pendiente de sus pasos, pues la primera parte... se había cumplido"

El 16 de mayo, recibí un anónimo que alarmó todos mis sentidos. ¿Por qué prestarle atención a un anónimo? Cuando hay veracidad, nadie se esconde. También puede ser alguien que esté adentro, asqueado de tanta fetidez a corrupción... era lo que daba vueltas en mi cabeza.

A esa hora, me dispuse a llamar a mis compañeros y a compartir con ellos y los periodistas que conozco, dicho anónimo. Les pedía que nos acompañaran a la sede del PRD para estar vigilantes a lo que advertía dicho anónimo.

El anónimo decía que Juan Carlos Navarro se había dedicado a llamar y exigir el nombramiento de LEANDRO ÁVILA como coordinador de Bancada, acompañado de Rosa Canto como subcoordinadora, ambos controlados por Benicio Robinson y manejables por él.

Ambos ofrecieron, para tranquilidad de Ricardo Martinelli, que pedirían el nombramiento de Leandro Ávila como contralor, con el fin de no investigar los contratos millonarios que se le otorgaron a una gran cantidad de diputados CD’s, personajes del círculo 0 y otros. ‘De esta forma quedarían Ricardo Martinelli y sus compinches, impunes a través de la designación de Leandro Ávila, primero como jefe de bancada y después como contralor, utilizando a su nueva bancada de diputados electos del PRD como carta para poder negociar con Juan Carlos Varela’. Decía el anónimo.

Aquella mañana, le advertí a Ávila que, como miembro del PRD y ciudadana, estaría muy pendiente de sus pasos, pues la primera parte del anónimo se había cumplido. Acto seguido, Ávila declaró a los periodistas que él se debe a su electorado al cual se dedicaría durante este quinquenio, por lo que negó, en ese momento, sus aspiraciones a la Contraloría.

Para mi sorpresa, el 28 de agosto La Estrella de Panamá anuncia en sus titulares ‘Leandro Ávila no niega sus aspiraciones a la Contraloría’ ‘¡El anónimo estaba en lo correcto!’, me dije.

Entonces, ¿por qué no pensar que los arreglos con Martinelli, de los que habla el anónimo, también son ciertos?

Por otro lado, me sobresaltó más cuando leo en La Estrella de Panamá, el 31 de agosto de 2014, que ‘La bancada de Cambio Democrático en la Asamblea Nacional, a través de su asesor político y jurídico, Arturo Vallarino, declaró que el partido de Ricardo Martinelli estaría dispuesto a respaldar a Bernabé Pérez como candidato a contralor’.

¿Qué significa todo esto? ¿Plan A y Plan B con Martinelli? ¿Qué tanto silencio de la Contraloría necesita la bancada de mi partido, de resultar todo esto cierto?

Por otro lado, el nombre de Federico Humbert, exembajador, expresidente de la Cámara de Comercio, Industrias y Agricultura, exdirector de La Prensa y banquero (es parte de la junta directiva de la empresa accionaria, entre otras, del Banco General y sus subsidiarias), empieza a sonar desde que se habla del sucesor de Gioconda de Bianchini en la Contraloría General de la República.

Después del Gobierno más corrupto en la historia Republicana, el próximo contralor debe ser alguien que no se vea en una situación de conflictos de intereses. Los bancos son los que mueven las actividades económicas de un país.

En algún momento tendrá que refrendar contratos o proyectos que tengan alguna vinculación con las entidades bancarias afines a Humbert. ¿Qué pasará? No es conveniente que alguien que goza de prestigio, por haber observado una trayectoria íntegra, se vea en esta situación.

El 70 % de los panameños no dimos un cheque en blanco. Votamos por la mejor opción que cada uno consideró, porque estábamos asqueados de la putrefacta descomposición a que nos llevó Ricardo Martinelli.

Panamá alza la voz por la certeza del castigo. Nos cansamos de la impunidad, queremos rendición de cuentas. Un(a) contralor(a) independiente de criterio. No estar inscrito en un partido político es una decisión política, por lo tanto, el independiente también es político.

Señores diputados, necesitamos alguien justo, no perseguidor, valiente y que se comprometa con el pueblo a cuidarle su patrimonio, a investigar el saqueo de los últimos cinco años, al estilo de los piratas Morgan y Drake.

La opción está en sus manos: O adecentan el país con un contralor probo o recibirán la repulsa pública.

FINANCISTA

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