• 26/10/2014 03:00

Una Contraloría de oposición

Columna de opinión de Luis Carlos Guerra del 26 de octubre del 2014

La Constitución es clara al consignar que el nombramiento del contralor de la República es una función administrativa que solo le compete a la Asamblea Nacional dentro de los periodos ordinarios legislativos. El actual culmina este 31 de octubre. El próximo iniciaría en enero de 2015.

El Gobierno del señor Juan Carlos Varela fue crítico del Gobierno anterior acerca de la presunta injerencia del Ejecutivo en la forma y contenido de legislar; sin embargo, prácticamente está haciendo lo mismo al proponer que el contralor sea escogido mediante sesiones extraordinarias, mismas que solo puede peticionar el Ejecutivo para proyectos de Ley que hayan quedado pendientes, lo que evidencia que sí existe interés en controlar a quien fiscalice las finanzas públicas por parte del señor presidente.

El PRD, en un acto de transparencia democrática, procede a impulsar un proceso de votación interna, a través de sus estructuras y bancada, con el fin de designar su candidato oficial, saliendo elegido el compañero BERNABÉ PÉREZ, quien está haciendo lo propio para buscar los votos, pues son los diputados quienes lo nombran, para lo cual en esta etapa todos los votos de las distintas fuerzas políticas son importantes.

La sociedad civil en sus expectativas legítimas tiene derecho a participar y postular, pero este derecho no puede conculcar derechos ya establecidos ni ignorar la institucionalidad estatal que también forma parte de un Estado democrático, ello en virtud de que se han acogido a una serie de requisitos fuera del contexto constitucional, para exigir o imponer las figuras que para ellos suponen una ‘independencia’, pero que de alguna u otra forma igualmente están correlacionadas a sistemas, grupos o elites de poder político u económico en el país.

La idea de un contralor de oposición surge por el clamor de una población en la que se logró anidar la percepción de que si el Ejecutivo tiene injerencia en su designación o el Gobierno impone uno a su antojo, como el anterior, no realizará la labor de fiscalización eficaz que se requiere.

El mundo y sus deseos son un caja de Pandora para los hombres, si el temor es que quien llegue al puesto pueda ser doblegado, manejado o controlado por las ambiciones e intereses personales, recordemos lo que dice la biblia: ‘Nadie es tentado sino por sus propios deseos’ y tanto un ‘independiente’ como uno que surja de las filas de partidos políticos se enfrenta al reto de mantener una actitud cónsona con la Ley, que de no hacerlo tendrá consecuencias en todos los ámbitos futuros.

*ABOGADO, MIEMBRO DEL TRIBUNAL DE DISCIPLINA DEL PRD.

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