• 20/03/2015 01:00

Solo puedo sentir asco

La política es un vulgar negocio donde no existe la menor intención real de servir a la patria

Debo aclarar que esta nota de opinión no es una generalización de todos los ciudadanos de este país, de todas las familias y mucho menos que no existan personas que aún conserven los valores y el amor por la patria, aunque de estos últimos queden pocos.

Pero, lamentablemente, solo puedo decir que siento asco ante las cosas que desde que se inició este periodo presidencial se han venido descubriendo, creo que se ha escrito y se seguirá escribiendo extensamente, pero este periodo histórico será para referencia imperdible de las siguientes generaciones.

No es un asco individual de este ciudadano observador, es un asco colectivo, fundamentando en que finalmente salió a la luz pública lo que todos nos imaginábamos, pero no teníamos elementos objetivos para decir y que ahora podemos afirmar. La política es un vulgar negocio donde no existe la menor intención real de servir a la patria, sino de llegar al poder para engullir los recursos del Estado en beneficio propio.

Y no existe forma de que se desmienta esta afirmación, cuando día a día salen casos de corrupción de los anteriores saqueadores, porque no hay otra forma de describirlos. Lo más lamentable es que familias supuestamente respetables, que supuestamente gozaban de fortuna y posición social privilegiada, participaron del saqueo. Empresarios, abogados, banqueros, una cúpula llamada a ser ciudadanos ejemplares demostraron ser iguales o peores que aquellos que están en nuestras cárceles por delitos menores. Escoria humana encumbrada a la espera de la oportunidad de robar.

¿En quién podremos creer después de esto?, en nadie; ¿quiénes serán los próximos que intentarán saquear, valiéndose de las necesidades colectivas para mentir y solo llegar al poder? Su operación fue descubierta, realizar grandes obras para distraer a la población con un falso populismo, mientras se operaban todas clase de actividades delictivas como sobrecostos, órdenes de compras amañadas, partidas circuitales y cuanto estuviera a mano para apropiarse de dinero que mediante una actuación honesta y por sus propios esfuerzos jamás lograrían, puesto que sus habilidades, a pesar de poseer títulos, no les da para triunfar.

El muro se derrumbó y el ciudadano de a pie observará con muy poco respeto a aquellos que se creían mejores que ellos, podrán decir con orgullo: ‘Ando a pie y no en un vehículo lujoso, pero soy honesto’. ¿Este bochornoso episodio de nuestro país en qué terminará?, porque apenas y se comienza a descubrir una gigantesca operación de saqueo. ¿Nuestras cárceles tendrán espacio para todos los que deberán ser sometidos a la justicia? O ¿esto se detendrá cuando los verdaderos cimientos del poder económico sean tocados?

Cuando veamos que los de apellidos caigan, sin distinción, creeremos; si no, solo será otra farsa y pensaremos que el poder del dinero se impuso nuevamente.

*M.SC. ADMINISTRACIÓN INDUSTRIAL.

Lo Nuevo
comments powered by Disqus