• 03/07/2015 02:01

Grito de santeños y herreranos: ¡reforestemos Azuero!

La península de Azuero es una de las regiones más afectadas, principalmente por la tala indiscriminada de árboles

Ante la prolongación de la sequía a consecuencia de factores climáticos, la degradación forestal y el mal manejo de los recursos naturales, en muchas regiones del país las fuentes del agua se están secando y escaseando.

La península de Azuero es una de las regiones más afectadas, principalmente por la tala indiscriminada de árboles, por lo que es vital implementar medidas para hacer frente al impacto del calentamiento global que cada vez es más latente y la sequía cada año se prolonga poniendo en peligro la producción de alimentos y la ganadería.

Las recomendaciones y proyectos sobran, por lo que hay que poner disposición para ejecutar medidas emergentes antes que sea demasiado tarde.

Consultando a varios azuerenses, sobre cuáles serían las medidas más apremiantes a desarrollar, varios destacaron las siguientes: concienciar a niños, jóvenes y adultos a preservar los pocos bosques existentes y de las consecuencias que conlleva la destrucción de los mismos; iniciar un plan agresivo de reforestación masiva en las riberas de quebradas, ríos, fuentes y ojos de agua; investigar y sembrar los árboles que crezcan mejor y más rápidamente en las zonas más afectadas; crear invernaderos con plantas que no necesiten mucha agua e implementar sistemas de riego por goteo; prohibir y sancionar ejemplarmente la tala de árboles y la quema de potreros; el Gobierno debe buscar alternativas para conservar y a la vez proporcionar los recursos, para que la agricultura y la ganadería de subsistencia sea rentable.

Reforestar Azuero, es el grito de los habitantes de esta tierra cuna del folclore panameño. Pero no hay que esperar que pasen los años, cada santeño y herrerano debe comenzar a sembrar un árbol en su terreno, a riberas de un río o quebrada, si quiere ganar esta pelea contra la sequía.

Los ganaderos deben comprender que no solo pastos necesita el ganado, sino también de la sombra de los árboles y de la humedad de la tierra para cobijarse del agobiante sol. Incluso hay algunas especies de plantas que pueden crecer en medio de los potreros. Muchas plantas arbóreas y arbustivas contienen cantidades significativas de nutrientes, producen una suma importante de forraje, son consumidas por los bovinos, son tolerantes al pastoreo o al corte, por esta razón se pueden utilizar como forraje para estos animales, con el objetivo de mejorar la producción de carne y leche en sistemas ganaderos de doble propósito. En otros países existen experiencias, bien documentadas técnicamente en la utilización de árboles y arbustos forrajeros en la alimentación del ganado.

En Panamá, el investigador Stanley Heckadon hace muchos años escribió que no era bueno eliminar todos los árboles, para criar ganado. Es más, especies como el guachapalí, el corotú y el guácimo son buenas, porque el ganado come los frutos. Del guácimo, el ganado come las hojas también, concluyó este científico.

Lo que sí es recomendable para las autoridades del agro y el ambiente, es invertir o hacer convenios con entidades de otros países, que han afrontado el problema de la escasez de agua, para implementar similares sistemas en nuestro país, tal como el caso del Estado de Israel, donde han tenido que desarrollar rápidamente soluciones para su falta de tierra arable. Las investigaciones israelíes, la innovación, los logros y la educación en este tema, son reconocidos y se comparten alrededor del mundo.

‘Hemos realizado muchas investigaciones relacionadas a la respuesta del ecosistema a las sequías, porque tenemos este problema en la puerta de nuestra casa', dice Pedro Berliner, director del centro de investigaciones más destacado en estudios del desierto, el Instituto Jacob Blaustein para Investigaciones sobre el Desierto en la Universidad de Ben Gurión del Néguev.

Además, países como Somalia, Etiopía, Níger, Egipto y Chile demuestran que la innovación y el uso de técnicas sencillas hacen posible el cultivo de diversas especies en el desierto, lo cual proporciona alimentos a millones de habitantes y la recuperación de espacios naturales.

Todavía estamos a tiempo para recuperar la región del arco seco, implementando las técnicas innovadoras ejecutadas con éxito en otras naciones. Panamá debe aprovechar la experiencia y las buenas relaciones que mantiene con el Estado de Israel, a través de su embajadora, la periodista Adis Arlene Urieta, para que científicos de esta nación estudien y contribuyan para hacerle frente a la situación que prevalece en Azuero.

COMUNICADOR SOCIAL.

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